Fotografía que tomé el día que pasee por Utah Beach
Arriba, foto de la lancha de desembarco en la playa de Utah
Al otro lado de la entrada, previa a la playa, un gran cañón de defensa antiaéreo rompía el viento que comenzaba a soplar con fuerza arrastrando en suspensión las particulas de arena de la playa que me empezaban a convertir en una auténtica croqueta humana.
Pude entonces acercarme a un tanque Sherman apostado al borde una colina, Con su estrella blanca pintada en la panza y ligeramente inclinado unos grados pareciendo que estuviera en movimiento. Detras de él varias barreras antitanques y luego la playa.
Tanque americano junto a barreras defensivas en la playa de Utah
Tomé rumbo hacia ella por una camino de hierbas hasta llegar a una valla de madera, Frente a mi estaba la playa. Nada más entrar me di cuenta que era muy diferente a la de Omaha, menor en sus dimensiones y menos difícil de defender de un ataque masivo. Toda la orilla rebosaba bañada de musgos, algas que había arrastrado la marea baja que había formado un pequeño lago en mitad de la arena blanca que aprovecharon un abuelo y su nieto para pasear con el agua rebosando casi sus rodillas.
Arriba, playa de Omaha Beach hoy y ayer. Abajo, Restos de un bunker enterrado en la arena en la playa de Utah
Muy cerca de allí bajo la arena sobresalía el techo de un bunker alemán y detrás de él, escondido entre los matorrales, un pequeño cañón de calibre corto.
Estuve un rato en la playa y volví hacía el museo, frente a él estaba el Bar Roosvelt. Él bar es una auténtica maravilla. Un gran barra de madera, paredes decoradas con fotografías y periódicos antiguos de la época de la invasión. Ropas, uniformes de rangers, telégrafos, cajas de municiones, grandas, insignias, cascos, armas, cajas de previsiones de comida. Antiguas radios, fusiles. Todo lo inimagnable de objetos históricos, Lógicamente muchos de ellos no estaban en venta. Era como si estuviera en un almacen de provisiones de la época. El lugar era acogedor, aproveché para escribir algunos emails desde la única máquina que me hacía ser consciente de que no estaba en un bar en 1944.
En el 2004 cuando se celebraron los 60 años del desembarco, vinieron aquí muchos veteranos. Las paredes del bar lo reflejaban. Sobre todo por soldados que combatieron en la célebre compañía Easy:
Participó en los lanzamientos sobre la zona de Normandia, mezclándose con miembros de la 82 división aerotransportada, sufriendo menos bajas de lo que esperaba el alto mando, después de dicho lanzamiento, fueron devueltos a su campo de entrenamiento en Inglaterra, para ser lanzados como apoyo del ejercito ingles en la operación "Market Garden", su misión era apoderarse de diversos puentes en la zona de Nimega, para allanar el paso de los Blindados Británicos, consiguiendo su objetivo, en el otoño del mismo año participaron en la Batalla de la Ardenas, para ser trasladados en apoyo de las fuerzas americanas en Bastogne (batalla de las Ardenas, donde fuero sitiados, y donde , cuando se les pidió su rendición, contestaron con la famosa palabra, "NARICES" o según otros "NUECES", de allí siguieron hasta el paso del Rhin y su llegada a los campos de exterminio, su batalla final fue su llegada al nido de las águilas, refugio montañoso del dictador Adolf Hitler. (Fuente: Wikipedia
Arriba: Fotografía de miembros de la compañía easy
En las fotos del bar aparecían célebres veteranos de esta compañía como el capitán Winters o el sargento Guarnere.
Tomé una cocacola y me dirigí al pequeño pueblo de Arromanches a pasar la noche. Un pueblo que fue especialmente vital como punto estratégico para el desembarco aliado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario