Precisamente ahí comienza el esfuerzo, acercarse y querer conocer al "otro". Lógicamente el acercamiento ha de ser recíproco y empático. Sólo así comenzaremos a entender las migraciones.
Una de las migraciones más trágicas es la de los "cayucos" , pese a que representan un porcentaje bajo de entradas en España.
Hace dos años tuve el placer de participar en un trabajo sobre este fenómeno junto a otros dos compañeros: Eva Domínguez e Iván Burdett. Durante un año filmamos el documental: Clandestinos: fronteras en el mar.
Intentamos retratar esta realidad que sacudió a Canarias en el año 2006. Más de 30 mil africanos subsaharianos arribaron en estas embarcaciones a las costas. Según distintas fuentes de ongs, unos 10 mil murieron intentándolo.
La concepción de tierra y patria canaria a veces se confunde con la posesión de un espacio que por derecho humano es libre para todos. Nuestros antepasados emigraron. Ahora es más fácil centarse en el sillón de casa y ver llegar exhaustas a estas personas mientras tomamos el almuerzo y somos perezosos para hacer memoria. Y la memoria se pierde si no la activamos.
Dejemos vivir a la gente en paz y hagamos algo por muy pequeño que sea para intentar cambiar cada día el mundo. Desde nuestra posibilidades más ínfimas.
¿ Quién sabe? Quizás en un futuro cercano, usted se vea en la misma situación que ellos.
Un año más tarde. En la playa de Las Canteras en las Palmas de Gran Canaria. Mis compañeros y yo rendimos junto a cientos de personas más un merecido homenaje a los que murieron en el mar. Como símbolo, plantamos 50 claveles rojos en la orilla de la playa. Para la ocasión editamos un pequeño video con imágenes y fotogramas de nuestro documental bajo la simbólica canción "Exodous"
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