Hoy se cumplen dos años y medio desde que se marcharon. En casa, Jonathan juguetea en el suelo de madera con un moco seco que esculpe de aburrimiento. A rafita le duele el estómago y se está dejando cagar por la diarrea. Hace calor y he tenido que robarle la gallina al vecino de la tapia para la cena. Papá y mamá siguen sin aparecer. Los mejor es hacer la cama cuando antes no sea que vengan y se enfaden.
3 comentarios:
Cuantos niños estaran pasando por esto o por algo peor.Afortunados aquellos que tienen a sus padres y que tienen un plato de comida diario en la mesa.Con cosas como esta es cuando se da cuenta un@ de lo egoistas que podemos llegar a ser por quejarnos de la vida que tenemos cuando al lado de otras personas somos reyes somos y los envidiados.
Gracias por lo que escribes.XD
Descarnado. A veces necesitamos bofetadas de este tipo para recordar lo realmente importante. Gracias. Un saludo.
Pura verdad y pura realidad,y hay que ser conciente de ello.
Besos
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