Cada noche se levantaba pasadas las 00.10 siempre escenificaba el mismo ritual. Los días ya no eran tan duros. Había vuelto a aprender cuándo saber pararse, reflexionar y sentir fluir la paz en su interior. A hablar con él. Cómo si aún quisiera decirle muchas cosas que nunca le dijo después de haberse marchado. La llama temblaba. Él también. No lo veía pero sentía su presencia.
5 comentarios:
Mi madre siempre decía lo mismo...
Cuantas veces sentimos esa presencia después de una partida.
Un saludo
Ahora estamos unidos
para siempre.
No importa que te hayas
marchado,
que la puerta
no se abra más
para esperar tus pasos,
ni importa que en las manos
que me encuentran
no me rocen las tuyas.
Andas conmigo,
vas, vienes a mi lado,
y miras con mis ojos
derramarse en el mar
el ocaso.
Oyes el viento en la noche
cuando pasa estremeciendo
las ventanas,
Y me sigues constante
por la oscura comarca
del insomnio.
Revestida de ausencia
tu perdida presencia
me acompaña
OTRA PRESENCIA (Meira Delmar)
Gracias Iván me ha gustado mucho.
No es facil, sacarse de la mente, a quien se alejo....
Un saludo.
India.
Eso de sentir presencias no me gusta nada,me da mucho cague..
Besos
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