Estoy decepcionado. Hace veinte años, antes de que llegara el nuevo milenio, recuerdo como miraba la sombra oscura de la esquina de mi cuarto apenas siendo un adolescente e imaginándome que en pocos años sería un hijo del siglo XXI, ese siglo que tantos escritores, futuristas, científicos y parlanchines del tres al cuarto se encargaban de mitificar, a veces con profecías apocalípticas, a veces con elogios a la evolución tecnológica que experimentaría la humanidad. Soñaba que iría a trabajar en coches voladores, que zamparía pastillas de chuleta de pollo o vestiríamos con túnicas o ropas cibernéticas. Visionarios como Kubric imaginaron un 2001 con el hombre colonizando planetas o reservando pasajes para hacer turismo espacial, pero transcurrida una década del nuevo siglo, sigo yendo al curro en la misma cutre guagua de siempre, mi móvil sigue siendo de antepenúltima generación, la gente muere de enfermedades como la gripe, y este mundo continúa igual de desastroso. Más de 1000 millones de personas viven sin casa y sin comida, el cambio climático amenaza nuestro mundo y las redes sociales, se han convertido en nuestro medio de comunicación impersonal. Ya está aquí el Siglo XXI, esto sólo acaba de comenzar.
3 comentarios:
En esto también estoy de acuerdo contigo. Hasta en la moda volvemos para atrás usando aquellos modelitos femeninos de la época del charlestón, los sombreros italianos de los 60, los recopilatorios musicales de lo 80...
Quizá sea que "tiempos pasados siempre fueron mejores"...
(haciendo olvido de la política dictatorial franquista)
También soñé con un siglo XXI diferente, al menos más justo, diverso, lleno de oportunidades y posibilidades para todos y todas.Como tú me enfrento a un tiempo y espacio similar o quizás más agresivo que el ya transcurrido. Solo que me pregunto: ¿Qué hacer? ¿Cómo podría transformarlo? No veo soluciones, pero tampoco me dejo arrastrar por la necedad que marca el tiempo de este siglo. He llegado a el más humana, sensible, solidaria y sobre todo con muchos más amigos y amigas de disimiles latitudes entre los que se encuentra esta página que me deja ver que existen seres en este siglo a quienes inquieta su paso.
Siglo XXI; más información, menos sociabilidad, más inteligencia, menos respeto a nosostros mismos y a los demás. Las cuentas no salen...
Buen relato sobre la antirealidad de la realidad.
Un cordial saludo Iván.
Aarón.
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