Ayer quise darme un respiro y me fui a ver “Tetro” la última película de Francis Ford Coppola. Poco voy a decir de este gran director de cine aunque debo reconocer que en un principio no esperaba que su argumento me sorprendiera. Sin embargo, pensé: es Coppola, uno de los grandes, debo verlo en pantalla grande, además, trabaja Maribel Verdú. Así que decidido me acerqué a la única sala de Tenerife donde han estrenado la película.
Hace tiempo que Coppola se alejó de la industria de Hollywood y esperaba con esperanza que al igual que ha hecho su hija, la transformación en su nuevo film me sorprendiera, me cambiara la vida cuando saliera de la sala, pero lamentablemente tengo que decir que eso no sucedió. Carlos Boyero, crítico del diario El País había calificado la película como “Lamentable”. Nunca hago caso de los personajes a los que les gusta criticar por criticar sin llegar a fondo de la obra de la cual hablan. Y si en mi caso tengo que decir que Tetro me resultó una decepción bastante grande en cuanto a la historia que cuenta y la estructura de su guión, no pienso igual de la increíble puesta en escena de Coppola. Una estética en blanco y negro digna de la época dorada de Hollywood y una fotografía oscura de barrio de La Boca en Buenos Aires que nos traslada a otra época pese a que la historia se desarrolle en el año 2008. Coppola se arriesga en ese sentido y logra un estilo visual poético muy personal digno de un gran cineasta. Pero sin duda, la historia de Tetro, un drama de rivalidades familiares entre hermanos, padres e hijos que pugnan por ser los protagonistas de sus propias vidas no me dice absolutamente nada. La película es larga, se pierde en numerosas escenas redundantes (El prometedor comienzo de la película se pierde luego en una maraña de secuencias sin sentido)
En ocasiones conocemos la historia en boca de los personajes y con flasbacks (en color) que rompen el ritmo de la historia pese a que todos ellos salvan de alguna manera la película con magistrales interpretaciones desde su protagonista Vincent Gallo, pasando por el joven debutante Alden Ehrenreich asemejado a un nuevo Di Caprio hasta Maribel Verdú: magistral catalizadora del drama entre los protagonistas. Lástima que Coppola no escribiera un mejor papel para Carmen Maura que pasa sin pena ni gloria por este film.
Me da la impresión de que Coopola ha hecho lo que quería, asemejando su nuevo cine a otros autores que le han influído, tales como David Lynch, el propio Almodóvar o el mismísimo Tenesse Williams. “Tetro”, en ocasiones, se asemeja a una obra de teatro. Sin embargo su depurada estética visual puede llegar a fascinar a un nuevo joven estudiante de cine pero no aporta nada a una historia cuya moraleja no influye a mi estado de ánimo ni siquiera logra aportarme una nueva visión de las cosas. Es una pena.
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