viernes, 28 de agosto de 2009

MISS-ES

Resulta que en Venezuela un alto porcentaje de las señoritas jóvenes del país se pirran por llegar a ser alguna vez Miss Venezuela. Por eso no es de extrañar que en la tierra propiedad de Chavez, las chicas acudan al cirujano plástico tanto como aquí acudimos a urgencias para que nos receten jarabe para la gripe. En el país sudamericano se vanaglorian cada dos por tres de contar con una nueva Miss Universo para la colección patria como ha sucedido en el último Certamen celebrado en Las Bahamas.
Como el patio no está para hablar de gripe y sin ánimo de levantar hipocondrías, no voy a irme por las ramas.
Hoy voy a Meterle caña a esas Galas que a todas las televisiones les gusta retransmitir para el deleite de su público masculino y también  femenino. Me refiero al espectáculo de Misses Españas, Venezuelas, Universos, Mundiales, Saturnianas o de más allá del Cinturón de Orión.
La belleza es tan subjetiva y relativa como los ojos que la miran. Aunque a veces puede llegar a ser surrealista. Lógicamente el canon de belleza de estas competiciones exige no pesar más de 50 kilos en las mujeres y estar muy cachas en el caso de los hombres “misters”. Existe en nuestro mundo de hoy un culto excesivo por el cuerpo, la belleza y la imagen de las personas. Estos concursos, por mucho que se empeñen en publicitarlos, no califican la belleza, califican un estilo de belleza. La verdadera belleza camina por otros barrios.
Yo los definía, por la actitud de sus organizadores, como una pasarela de carne fresca hasta  el día en el que algún avispado se le ocurrió la genial idea de plantear preguntas serias a sus participantes y lógicamente, estos certámenes pasaron a convertirse en pruebas clarificatorias  de que la belleza y el intelecto, sí que pueden ir separados. Peor fue el remedio que la necesidad.
Para muestras... un par de botones....
Lo más triste de todo esto es que se juega con la ilusión de estas personas que ven en estos concursos, una manera rápida de acceder al mundo de la moda, el cine o la televisión sin tener ningún tipo de formación, simplemente por su cara bonita, nunca mejor dicho.
No quiero coartar el derecho de cualquier persona a presentarse a estos espectáculos corporales. Cualquiera es libre de hacerlo, pero al exhibición pública de piernas, cuerpos, senos, tetas y culos, como si lo único que importará de ellos fuera eso, deja mucho que desear.
El problema se agrava cuando los concursos se aplican a las edades infantiles.

1 comentario:

nykaa dijo...

Vi en un reportaje que hicieron de Venezuela, concretamente en la agencia de modelos de la que salió la actual miss venezuela y ves niñas de menos de 10años entusiasmadas con poder llegar a ser como ella.Yo creo que empezar tan temprano es com robarle la infancia.Además el querer vivir solo del cuerpo...me parece no sé algo inmaduro ya que hay muchas cosas aparte de el famoso cuerpo 60-90-60.
Yo prefiero que me reconozcan por ser simpática, borde, inteligente o lo que sea de mi interior que no por guapa, delgada y bronceada...
Saludos y muy buen escrito, da para escribir libros y libros de comentatios jja.
Saludos