lunes, 21 de septiembre de 2009

¡ AL CARAJO CON LA MODA !

Llega el Otoño y llega la pasarela Cibeles, que este año cumple 25 años de vida. Cibeles es uno de esos bodrios que no importan a nadie pero que llenan paginas de prensa rosa, de diarios y minutos de televisión, porque, lógicamente, mueve mucho dinero. Ni siquiera en tiempo de crisis nos dejan de tomar el pelo estos supuestos creadores y tratadores de seda y otras entretelas de lo que ellos llaman “la alta costura”. Nombres como los de Ágatha Ruiz de la Prada, Armanis u otros de alta alcurnia, que basándose en horteradas de ayer y hoy, con esperpentos de colores que solo gustan a una cohorte de chupatintas y lametelas (si me permiten la composición lingüística. Marcan las tendencias, dicen ellos.

El mundo de la moda apesta a hipocresía recauchutada. Prendas que marcan tendencias (No sé cuáles, no me imagino a ninguna persona vestida con esos harapos que tanto dinero cuestan, para que su única utilización sea una efímera exhibición delante de cuatro gatos y eso sí, miles de fotógrafos sedientos de portadas) o de la jerarquizada y elitista que cataloga a las modelos como “top”. Todo aquel o aquella que no esté en lo mas alto “top” no será digno de llevar tales prendas.

Rezan las crónicas de Cibeles que este año se llevaran cinturones de charol o vestidos de rallas muy chics. Y digo yo, quién coño se creen estos individuos, para levantar el estandarte del poder, para dictar lo que se debe llevar o no. Un mundo dictatorial y hitleriano donde impera la talla 38 y donde todo lo demás que no sea glamuroso y supere esta medida, no sirve de nada. Si estos señores quieren dar rienda suelta a sus tijeras están en todo su derecho pero lo que no paso es esa vitola de dioses poseedores de la sabiduría absoluta, que lo básicamente que buscan es la estandarización de las ovejas del rebaño. La Moda es un arma de manipulación masiva.

En esta sociedad esclavizada por las modas, lo importante es tener un producto de marca para ser el más chic o el más guay del barrio. En la edad infantil esto puede llegar a ser motivo de grandes depresiones y no digamos ya en la adolescencia donde no estar en la onda es una religión que puede causar mas que una catástrofe anímica difícil de superar.
Recuerdo que en mi etapa de instituto, nunca fui a la moda, todo lo contrario, siempre me pasé al lado oscuro de los bichos raros, simplemente porque no me gustaba seguir al resto de la manada. La moda te encierra en el clasismo, en el elitismo. Sus valores son tan triviales que puedes ser juzgado y sentenciado de hortera por el tipo de indumentaria que vistas.

Quizás muchos dirán que no entiendo de moda o que no tengo sensibilidad para ella. Quizás tengan algo de razón, pero sigo creyendo que la moda es una secta peligrosa que luego degenera en engendros como Paris Hilton, Cristiano Ronaldo o muchas más celebrities y modelos esculpidos bajo la filosofía tirana de esa talla 38. Una moda que ha acabado con la vida de miles de jovencitas que danzan al ritmo de estos diseñadores “cool” que saben perfectamente encandilar a la masa para que compren sus productos y para que vistan “lo que se lleva”.

Como diría Rhett Buttler en Lo que el viento se llevó: Francamente queridos, me importa un bledo lo que se lleve o deje de llevar. Sigo vistiéndome por los pies a mi estilo y a mi gusto, sin que nadie me lo marque, porque no hay mejor manera de ser uno mismo que siendo original y único, y de esto la moda, de ser única y autentica sabe poco. Yo, por suerte, no soy modelo de nadie y me siento orgulloso de no ir a la moda.

"La autoridad de la moda es tan absoluta que nos fuerza a ser ridículos para no parecerlo."
Joseph Sanial-Dubay, escritor francés

1 comentario:

Nayra dijo...

al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.......Eduardo Galeano..