

Caminando por París, en las cercanías de la Torre Eiffel se me hizo patente Truffaut, las calles se me hacían en blanco y negro y en los carteles de los cines colgaban los fotogramas de Ciudadano Kane que los niños corrían a buscar para coleccionar como si de cromos se tratasen. Son imágenes de mi subconsciente cinematográfico.
Truffaut marcó una época pero Godard fue más radical. Hace poco en uno de esos test que te envían en la red Facebook, me daban como resultado que si fuera director de cine me asemejaría a Godard. Quizás, en el camino me encuentre con una encantadora vendedora con pelo corto, de periódicos del Internacional Herald Tribune con la que me encontraría al final de mi escapada.
Cine que daba rienda suelta a la improvisación, fresco , natural, alejado de los dictatoriales planes de rodaje de hoy en día que encorsetan la imaginación del momento.
Los 400 golpes, Al final de la escapada: dos joyas, que cincuenta años después se mantienen igual de frescas ¡VIVA LA NUEVA OLA!
3 comentarios:
Es muy grande Truffaut. Me encantan sus películas, tienen un tinte que no volverá jamás.
Un saludo, buen artículo.
Un gran director, que nunca nos cansaremos de disfrutar de sus películas.
Abrazos
Toma! Apartad de cine. 400golpes me gustó.. pero desde luego Truffaut se salio con La noche americana.
Un saludo!
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