sábado, 5 de septiembre de 2009

MAPA DE LOS SONIDOS DE TOKYO. Coixet deambulando entre las calles de Tokyo

Hay algo en Isabel Coixet que nunca me ha gustado. Sus primeros trabajos son pura poesía pero sigo sin tener felling con esta directora, ni siquiera aún coincidiendo con ella en el gusto por contar historias drámaticas, trágicas y tristes. Hace tiempo que pienso que Coixet hace cine para ella, el cine es su alter ego y eso acaba pasándole factura. No suelo meterme en el trabajo de compañeros y menos cuando mi grado de perfección visual y cinematrográfica le llega al tobillo a la Coixet.

El título de su última película prometía. Mapa de los sonidos de Tokyo. Sin embargo algo me decía que La Coixet le había cogido el gusto a la nueva onda de moda que es contar historias de occidentales en paises orientales como Japón. Ya lo hizo magistralmente Sofia Coppola con su magnífica Lost In traslatión, pero Coixet se queda en las antípodas si es que alguna vez soñó con alcanzar el grado de perfección de la cinta de la pequeña de Coppola.

Cada maestrillo tiene su librillo y lógicamente la perspectiva de Coppola y Coixet no son las mísmas. Ahí radica la diferencia. Mapa de los sonidos de Tokyo cuenta la historia de una chica solitaria, Ryu, de aspecto frágil, que de noche trabaja en una lonja de pescado en la capital japonesa y que de forma esporádica recibe encargos como asesina a sueldo. David, un hombre de origen español que posee un negocio de vinos en Tokio y que mantenía una relación con Midori, que se suicida, hija del señor Nagara (Takeo Hakahara), un poderoso empresario que llora su muerte y que culpa de la misma a David. Ryu y David vivirán un romance que como siempre en las pelís de Coixet acabará de una manera trascendental.


Partiendo que el doblaje deja mucho que desear, lo demás viene rodado por la falta de interés de la historia que nos cuenta Coixet. La protagonista Rinko Kikuchi, es de lo poco que se salva de esta cinta, aunque ya había demostrado su valía en Babel de Iñarritu.

La película está narrada en tercera persona mediante un personaje sacado de la chistera. Un viejo japonés que se dedica a captar los sonidos de la ciudad de Tokyo y amigo de Ryu. A los personajes les falta profundidad, carisma, nunca llegas a identificarte con ellos. Sergi López pasa como una caricatura de español afincado en Japón. Su personaje es inexpresivo, vacio, hueco y totalmente carente de sexapeal. Esto ayuda a que nunca te acabes creyendo su relación, ni su personaje. Si a esto le añades unos diálogos que crean vergüenza ajena y que Coixet los hace follar una y otra vez sin ningún sentido, tenemos una relación nula en madurez que luego tendrá sus repercusiones en el final de la película, falto de emotividad.

Algunos críticos han querido ver un reflejo de esta nueva historia de la directora española en las películas de Wong Kar Wai, o en la literatura de Murakami. Nada más lejos de la realidad. La historia de Coixet se encuentra a años luz de estos dos genios del cine y la literatura. Si acaso , lo más destacado de la película es su planteaminto estético. Maravillosos planos aéreos de la ciudad de Tokyo y de sus calles, adornados con la musica de Anthony & The Johnsons y los sonidos sordos de la gran urbe. Sin emabargo esto no es tampoco tan dificil de conseguir en una ciudad que ya es cinematográfica de por si.
Clichés turísticos, cementerios, templos, comidas de shushi caliente sobre cuerpos de chicas desnudas, estéticas orientales. Un intento de poetizar la ciudad de Tokyo que se queda en nada y que ni siquiera nos invita a cerrar los ojos y oír eso sonidos de Tokyo que se diluyen con el transcurrir de los minutos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Seguimos en los cambios.
Los viajes transforman. Siempre que volvemos de algún lugar traemos energías nuevas.
Yo he sufrido mis transformaciones en Sicilia pero tu...
Has traido muchisima energía. Me alegro mucho.
Isabel Coixet me gusta...
PD: estas guapisimo con esta renovación de energía...

almassy dijo...

muy buena crítica si señor, has demostrado saber escribir una mala crítica con una corona de diamantes. Eso sólo lo consiguen los buenos periodistas y se nota que tu lo eres.
Yo soy fan de la coixet, pero no he visto la peli.