domingo, 3 de octubre de 2010

TRABAJO



Desde entonces en su trabajo ya no fue el mismo.

La taza de café se había disuelto creando en sus pozos su futuro laboral. El ordenador parpadeaba a la espera de un nuevo INTRO que nunca llegaría. Había sucumbido en el mismo lugar. Su mesa diaria, frente a su ordenador diario, en su silla diaria que ya esculpía la forma de su culo diario. La yema de sus dedos evolucionaron en teclas negras y su oreja derecha se había transformado en auricular de teléfono con número de extensiones eternas por los siglos de los siglos. Su cara se erguía extensa sobre su perfil. La espalda recta, la mirada perdida en la pantalla, como si se hubiese convertido en un maniquí adulterado. A fuera, en la calle, se oían los gritos pasados de Huelga General pero las pancartas ya se habían carbonizado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde entonces en su trabajo ya no fue el mismo
¿Qué te pasa cinéfilo de capa caída?
Vuelve, despierta, sonríe, huelga
rima con Huelva
con vuelva
con pueda

Beatriz dijo...

Igual que en mi curro ...