jueves, 28 de julio de 2011

PASO DEL SILENCIO


No soy religioso, ni si quiera soy creyente. Más bien intento creer en mí mismo para tirar para delante día a día aunque a veces flaquee. Hace tiempo que pasó la semana santa pero he rescatado unas imágenes que tomé en la tradicional procesión del silencio de La Laguna en Tenerife. Esa noche las luces de las calles centrales del casco antiguo de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad se apagan para dar paso a la lumbre de las velas de cientos de capuchinos y cofradías que caminan con pies descalzos y encadenados por los tobillos en tributo a la imagen del Cristo muerto. Nunca entiendo estos actos de fe. Es más, lo considero un acto de sometimiento puro y duro. Luego critican hipócritamente prácticas como el sadomasoquismo sexual.  Pero en fin esa es sola mi opinión. No me voy a meter con la fe de ninguna personas porque es precisamente eso: Fe. Algo en lo que creer sin que tenga explicación científica. Tengo que admitir que me estremecí ante el tétrico y solemne paso. Con el sonido de las cadenas rechinando por las piedras de la calzada de la calle que lleva a la iglesia de la Concepción en dirección a la Plaza del Adelantado. Allí estaba yo junto a ese silencio chirriante y esa soledad estremecedora. Como si de una casualidad del destino se tratase, el paso paró justo delante de mí. Allí vi aquella figura desgarrada de Crist, como si quisiera decirme algo. Tengo que admitir que por un instante me pareció que respiraba. Luego, después de unos segundos se marchó en volandas dejándome solo en la penumbra y bajo las sombras de los candiles.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya cae la lluvia
nos escondemos bajo la ermita
llega el otoño
y la hoja marchita
hojarasca fría
vuela con los ángeles al mediodía

Que bonita es la costumbre
de recuperar la vida

Anónimo dijo...

Yo sinceramente, ante estos espeluznantes actos de fé siento miedo!!! Luego los cristianos son los primeros en reírse de las costumbres musulmanas!!!