miércoles, 4 de noviembre de 2009

BLOG A LA DERIVA

Me gustaba leer entre líneas lo que aquel supuesto señor mayor de edad, al parecer por la foto de su perfil, relataba en su espacio virtual. Cada día, al conectarme a su página, sus relatos se enredaban entre mis favoritos. Yo degustaba con fervor aquel descubrimiento, ansioso cada día por saber, que sería lo próximo en revelar en sus sus relatos eróticos. Hacía dos semanas que le seguía la pista y su bitácora ya me había atrapado. Su sinceridad, su manera de transgredir, me cautivaban. El último post databa del 18 de Octubre. Desde entonces no había dado señal a mis comentarios. Semanas más tarde supe que ya no existía. Lo encontraron desnudo y muerto en su cama. Inerte en su sonrisa y rodeado de obras de arte, esculturas, pero sobre todo de libros. Ya no escribiría mas. Ellos habían sido los herederos de su muerte y ahora me sentía yo el heredero del legado cibernético de su blog, que andaba libre y a la deriva.

2 comentarios:

Alhy dijo...

En una idea inquietante y fascinante al mismo tiempo. Que alguien desaparezca de repente dejando su particular legado de emociones y palabras, su eterno rorschach, flotando en el cyberspace a la espera de que algún espiritu afin lo encuentre y lo traspase, de alguna manera.
Es la versión del siglo XXI del mensaje en la botella o la capsula del tiempo, si lo piensas.

Gracias por el post. Yo tambien suelo visualizar las historias. Es dificil no pensar en imagenes habiendo crecido bombardeados con ellas. Cuando vi NY, I love you se me ocurrió una versión local de una historia de amor. La titularía Donosti, maite zaitut ;)

Kisses imaginativos ***

nayra dijo...

He pagado mis deudas, he cortado mis ataderas, las puertas de mi casa están
abiertas, he olvidado mis amores: ¡soy libre, y me voy por el ancho mundo!
En cuclillas, agrupados en su rincón, los otros tejen la tela gris de sus vidas,
o cuentan su oro entre el polvo, o beben su triste vino, o cantan lánguidas
canciones: y me llaman para que regrese a su lado.
Pero yo he forjado mi espada y he vestido mi armadura, y mi caballo piafa de
impaciencia.
¡Soy libre, es la mañana y parto a conquistar mi reino