martes, 24 de noviembre de 2009

ESTA NO ES OTRA ESTúPIDA CANCIÓN DE AMOR

Estaba harto de los que ensalzaban su bohemia como si fuera un trofeo, de los que a base de boleros, mascullaban notas de un romanticismo arcaico, posesivo y estúpido, que se pudrían entre salivas de recuerdos masoquistas. Eso que cantaban no era amor, era egoísmo puro. De verdad, lo siento por ti y por tus jodidas maracas Machín o tus notas Lucho Gatica, pero Gardel siempre te ganó la partida ¡Mi pana! No quiero que hagas nada por mí, por ti te puedes ir al infierno con tu Romanticismo de frasco, rancio y pretencioso. Los Panchos beben hoy los orines de mi vida porque tú sabes lo que realmente me haces sentir. Bésame, bésame, bésame mucho puta, como si fuera esta noche la última vez, piensa que tal vez mañana ya estaré lejos muy lejos de aquí.

Efectivamente, la noche siguiente el cantautor de nombre hipotenuso y onomatopéyico no volvió al burdel. Antes volvió a la vieja escalera donde tantas veces se había metido a Charlie Parker en vena. Se había enamorado de todas, putas todas ellas. De todas las canciones que nunca quiso cantar por miedo a que alguna lo rechazase. Se fue lejos, allí donde sus letras no le hicieran daño. Ya no le importaba porque solo se trataba de las letras de otras estúpidas y egoístas canciones de amor.

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