martes, 29 de diciembre de 2009

SUEÑOS MÁGICOS EN UNA TARDE DE ARMÓNICOS

El atrapa sueños cuelga pendulante sobre el porche de la casa de madera. Es una casa como la que solían habitar los yanquis en los años cincuenta. De madera, de color blanco y negro.Una casa al borde de un acantilado. Papá se balancea en la mecedora de mamá. Escuchando el ruido del viento que mueve de un lado a otro el atrapa sueños, como si sus propios pensamientos se quedaran atrapado en él para siempre. Fuma en pipa. Siempre, le gustaron los puros, pero desde que se vino conmigo a la casa, fuma en pipa para evitar males mayores a sus ya maltrechos pulmones. El hígado tampoco se llevó bien con él durante su juventud así que la mecedora adormece sus dolores de entrañas, mientras sus pupilas se dilatan con el horizonte naranja que ya llega a su ocaso. Yo, desnudo, le observo detrás de las telas que cubren la puerta del porche.

De pronto el silencio se rompe, el humo de su pipa se desvanece. Se mueve, sus manos giran hacia la mesa que reposa junto a él. Allí descansa el viejo tocadiscos de mano que solía agrandar sus noches de juventud. Cuando tocaba el bajo con sus amigos. Coloca un disco de vinilo y comienza a sonar el Hey Jude, cantado por Wilson Pickett. Los surcos armónicos comienzan a agrandarse con su tatarareo. Vuelva a fumar su pipa, esta vez sereno, oyendo, no escuchando la melodía de sus antaños. No quiero interrumpir, así que espero dos minutos y siete segundos a que el último surco caíga al vacio del negro silencio. El atrapa sueños se agita con la última nota. Entonces abro con cuidado la puerta del porche y me acerco a él.


-Papá, papá- He venido atraerte la pastilla, tienes que tomártela. Me mira como si no me hubiera visto nunca. Por un segundo pienso que ya no me reconoce pero acto seguido, su pipa se descuelga de sus labios gruesos, se levanta y me dice.

-Dile a tu madre que la estoy esperando para bailar. Papá, mamá murió hace dos años, anda tómate la pastilla. - Déjame de drogarme con esa mierda- me aparta el vaso de agua y la pastilla de un manotazo, la tensión me muerde el corazón, los ojos de mi padre ya no se funden con el horizonte, pero pronto vuelven a la calma-. -Anda, dile eso a tu madre- . Me rindo, y le respondo que sí. Pero él me desencaja de nuevo. -Hijo, ¿Tú crees que yo estoy loco? dudo unos instantes, tomo aire y respondo
-claro que no papá, claro que no-.

El atrapa sueños se estremece con una ligera ráfaga de viento. Vuelve a sonar Hey Jude y mi padre fuma de nuevo su pipa y lo único que puedo hacer es abrazarle.

2 comentarios:

BRILLI-BRILLI dijo...

Bonito relato..Me recuerda un poco a mis pacientes,abuelos con alzheimer que lo único que recuerdan son sueños pasados reales o irreales,sólo ellos lo saben.
Besos y feliz año!

Unknown dijo...

Feliz año! x mucho mas y cosas mas lindas no?



Liza!