jueves, 28 de enero de 2010

TERAPIA

Ayer supe que realmente aún no me he costumbrado a la vida.
La muy puta se ha reído al final de la primera partida.
Ahora los pasillos me huelen a esquinas dobladas de suero.
El eco de gemidos hambrientos de ser, rebota en ascensores claustrofóbicos.
Las miradas en blanco se ríen de la muerte. Las verdes... simplemente se ignoran.
Resuenan los chasquidos radioactivos. Stop. pisa usted basura invisible.
Protesis, angios, onco, nuclear.
Grifa para Galerías con esperanzas engañadas.
Mientras, Albert Camus, puede esperar.

3 comentarios:

Mónica dijo...

Compañero,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.

Si algunas veces
advierte
que lo miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.

Si otras veces
me encuentra
huraña sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.

Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.

No ya para que acuda
presuroso en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo

vary dijo...

..hay olores y gemidos que desesperan y chasquidos que irritan los oidos, pero tambien a veces podemos tocar un pedacito de cielo.
te leo.

BRILLI-BRILLI dijo...

Que tristes son los hospitales,y eso que yo trabajo en sanidad nunca llego a acostumbrarme a sus frios pasillos..
Besos