martes, 12 de enero de 2010

ERIC ROHMER

La noticia me sentó como 400 golpes fríos
Fue colega de oficio y contó historias con forma de celuloide
Cahiers du cinéma sostuvo sus pilares críticos
Se entregó al plano general sin contar, mostrando.
La banalidad humana y el vacío existencial bordaron su temática.
Cineasta de pocos, culto de intelectualoides nostálgicos
Pocos le comprendieron. Y con Ma nuit chez Maud ( Mi noche con Maud ) se llevó la Palma.
Uno de los padres de la Nouvelle Vague con más de veinte cortometrajes y otros tantos largometrajes a sus espaldas.
Me enamoró con La Marquesa de O, y con su estilo cotidiano
intentó basar sus historias en la realidad presentando a sus personajes y sus acciones mediante el diálogo, justo lo que todos los cineastas o escritores de guión desechan. Al final se salió con la suya y se convirtió en eterno.

Una vez dijo "Es mucho más interesante suscitar lo invisible a partir de lo visible que intentar en vano visualizar lo invisible"

Ha muerto Eric Rohmer.

1 comentario:

Mónica dijo...

Vagabundillos del universo, tropel de seres pequeñitos,
¡dejad la huella de vuestros pies en mis palabras