Existe un paraje especial de la isla de Fuerteventura que siempre me había fascinado. Aprovechando un viaje a Lanzarote con mi amigo Augusto Abreu, decidimos darnos un salto a la isla vecina para visitar un lugar que en los últimos 15 años se ha impregnado de misterios. Sobre todo, porque guarda un tesoro paisajístico heredado de una catástrofe marítima. Incluso, algunas personas han muerto en el intento de alcanzar el tesoro para verlo desde más cerca. Hablo del American Star, el barco fantasma encayado en la década de los 90 en las costas majoreras.
El Américan Star había concluído su última aventura el 15 de enero de 1994 cuando un remolcador ruso lo trasladaba al Puerto de La Luz en Las Palmas de Gran Canaria. Una terrible tormenta dejó a la deriva el barco. Su tripulación era rescatada por un helicóptero y el barco decidió pasar el resto de sus días junto a la costa de Fuerteventura muy cerca de la playa de Garcey.
El American Star fue botado en 1939 despues de ser bautizado por Roosevelt. Por aquel entonces se convirtió en un trasatlático de lujo con solo 50 metros menos de eslora que el Titanic.
Incluso, durante la II Guerra Mundial fue utilizado para el transporte de armas.
El American Star fue botado en 1939 despues de ser bautizado por Roosevelt. Por aquel entonces se convirtió en un trasatlático de lujo con solo 50 metros menos de eslora que el Titanic.
Incluso, durante la II Guerra Mundial fue utilizado para el transporte de armas.

Así que motivados, decididos citarnos una vez más con la historia pasada.Llegamos a Fuerteventura por el norte, abordo del Ferry que nos había trasladado desde Lanzarote . Hacía mucho calor y debíamos atravesar media isla para llegar a la Playa de Garcey en la costa Oeste de la isla, así que como llegamos al atardecer, decidimos pasar la noche en la cercana playa del pueblo de Ajuy.

Augusto y yo estudiamos la situación saboreando el café mañanero de rigor que nos despertará de los dolores de espalda que nos había causado dormir en el coche la noche anterior. Tres fuentes distintas, tres informaciones diferentes.
Como no había ni un alma más dudamos de bajar o dirigirnos a otra gran playa enigmática: la de Cofete, pero ya que habíamos llegado hasta allí emprendimos la ruta hacia el American Star.
En alguna página de internet no recomendaban adentrarse hasta la playa de Garcey en coche, ya que el camino era polvoriento, de tierra, estaba lleno de baches y se corría el peligro de estropear el coche. Cuando llegamos a la entrada de la pista de tierra no apreciamos demasiado desnivel así que seguimos avanzando. En momentos como ese, me di cuenta de que todo lo que había leído en la página de internet sobre el lugar, estaba escrito por algún guía extremadamente precabido sin ningún afán por la aventura.
Un pasaje desértico no

Llegamos a un cruce de caminos y dudamos. Más abajo a la derecha vimos un grupo de caravanas. Pensamos en ir a pie y preguntar por dónde se llegaba al barco hasta que en un citroen rojo escarabajo apareció de la nada levantando polvo por el camino de la izquierda. Aquel trasto podría tener al menos 30 años. Dos jóvenes del lugar con sus cañas de pescar lo ocupaban y al juzgar por sus caras, la pesca durante la noche había sido buena. Les preguntamos

Era temprano y el sol aún mostraba sus tímidos rayos. La luz era perfecta para captar la imagen del buque pero cual fue nuestra decepción cuando sólo pudimos avistar la popa del barco que las olas habían partido en dos y casi hundido por completo.
El pescador tenía razón. Algo tristes nos detuvimos durante un rato apra sacar algunas fotos de la poca chatarra que sobresalí a en el mar y de nuestras caras frustradas.

1 comentario:
Que bien que hayas vuelto, lo estaba deseando.
Genial lo del barco fantasma a mi también me ha llamado siempre la atención,ojalá pueda ir a verlo algún día antes de que se hunda del todo.
Saludos
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