miércoles, 22 de febrero de 2012

BASTARDOS DE LA DEMOCRACIA

Es carnaval y las calles rebosan de alegría, música y color. Un año más la gente de Canarias toma la calle y la hace suya para celebrar la fiesta de las "carnestolendas" y disparatarse hasta perder el sentido.
Hace unas semanas un señor mayor me decía sabiamente que en esta época de crisis que estamos viviendo y que algunos aún no se atreven a aceptar, hacen falta más películas que nos hagan reír y pasar un buen rato. No le faltaba razón al señor y tampoco le falta razón a todos los que ejercen su lícito derecho a la "juerga" buscando eludir la cruda realidad diaria de un país al que no lo reconoce ni la madre que lo parió, cómo bien decía Kike Maillo,al recibir su flamante Goya a la mejor dirección Novel por "Eva". Un país en el que incluso ya se hacen películas sobre robots que obtienen premios, decía irónicamente.  No todo está perdido.
Tomando prestada esa concepción robótica en la acatamos lo que nos mandan unos amos que nos programa previamente, el doming 19 de febrero, por la mañana, día de resaca carnavalera, los sindicatos de este país habían convocado una manifestación en contra de la reforma laboral que a base de decretazo, aprobó el gobierno presidido por Mariano Rajoy. La marioneta cuyos hilos maneja la llamada "Troika", formada la la U.E, El FMI y el Banco Central Europeo.
Sinceramente no esperaba mucho de los sindicatos, venidos a menos en los últimos tiempos. En su día no hicieron nada para evitar el decretazo de esta reforma, y una vez publicada en el BOE, es cuando se han activado para movilizar a la calle. Tarde, como siempre. Aunque en este caso mejor que sea tarde que nunca.
Sin embargo mi conciencia como ciudadano, parado y solidario con la clase trabajadora de este país, hizo que saliera a la calle y no precisamente disfrazado, sino ataviado con mis ideales intactos para manifestarme en contra de una reforma que creo, nos retrotae a épocas pasadas, por mucho que el señor Rajoy se empeñe en su afán propagandístico, de afirmar que se trata de una reforma "Justa" ", Necesaria" y acorde a la legislación existente en los demás países europeos. Países que sujetan por la correa al perrito fiel de Mariano y comandados por la dicotomía económica que imponen Merkel y Sarkozy.
Un Mariano incapaz, por cierto, de hacer un discurso sin leer el fajo de folios que le preparan sus asesores en cada mitin o intervención pública. Inútil para plantear sus propias convicciones sin meter la pata hasta el fondo con discursos vacíos de contenido No hay que ser muy fan de Maquiavelo para darse cuenta. Un nuevo "fantoche" político marcado por la ferrea disciplina de su partido bajo la sombra y batuta del Fhürer Josemari, que ahora farda de moderno, una vez se ha afeitado su peculiar bigote hitleriano.
Sinceramente no esperaba que asistiera mucha gente a la manifestación. Con los carnavales por medio y un domingo, fiesta de guardar, en un mes de febrero muy frío, poco hacía presagiar una respuesta masiva en la calle. Y así fue. Cerca de 5000 personas, según mis cálculos, se reunieron en Tenerife para secundar la movilización. 500 mil en Madrid otras tantas en Barcelona. Para algunos pueden ser much os, bastantes o suficientes. En mi opinión, una representación escasa de la sociedad.
En Tenerife observé muy poca gente de a pie ( no sindicalistas) y lo que es peor: muy pocos jóvenes. Les eché de menos, al igual que a muchas caras visibles de ese 15-M utópico que se ha desvanecido ahora cuando más se le necesita. Lo que hace plantearme seriamente, cuál fue realmente su finalidad por aquel entonces ante las elecciones municipales y autonómicas y quién era la mano que mecía su cuna. A veces estos movimientos son cuestión de modas, más que de otra cosa.
Mi reflexión tras comprobar todo esto es que seguimos anclados, que lo del 15-M fue un espejismo, que a las nuevas generaciones se las sopla si tendrán un futuro o no y que seguimos abocados a la propia destrucción de nuestro "estado del bienestar".
Este domingo la gente hablaba de la fiesta de la noche anterior, de sus conquistas amorosas de una noche, o del disfraz con el que habían triunfado en los quioscos carnavaleros. Todos ellos ajenos a ese otro carnaval. El carnaval de la supresión de los derechos fundamentales a base de sentencias y decretos. Involucionamos hacía una sociedad precaria y subdesarrollada.
Sí, tenemos derechos a reírnos, a evadirnos de esta crisis por un momento. Yo también lo hago. Pero esa no es la solución a largo plazo. Si seguimos sometidos seguiremos aceptando lo que hemos sido después de la transcición : unos conformistas. Sin embargo la primavera estalló en Valencia. Quizás cuando muchos pensaban  que "no estamos tan mal" , que es lo que piensan o tratan de pensar y creerse  los cínicos e hipócritas derechistas y demás secuaces del poder, que son  capaces de defender la actuación de la policia en Valencia suministrando jarabe de palo a los jóvenes estudiantes que se manifestaban por los recortes en educación y mostrando toda su maquinaria propagandística voceando que esos jóvenes son  "radicales antisistema". El mismo discurso repetido que ya cansa. ¿Quiénes son los radicales? los que a base de violencia callan a los que alzan sus libros en forma de protesta? o la figura de un jefe de policia que llama enemigos a esos ciudadanos que se manifiestan libremente. Luego el señor Rajoy avisa que esa no es la imagen de España. Que le jefe del estado se preocupe más por la imagen que estos conflictos generan fuera de España es como aquellas madres que reprenden a sus niños por aquello del "qué dirán" una evidencia  de la clase de tipo  que tenemos al frente del gobierno.
La sociedad y la vida evoluciona, conformarnos es morir. Exigir un trato digno para todos en igualdad es lo propio de una país que observa como un gilipollas, que las leyes, los jueces, los banqueros, los mercados y los los políticos corruptos nos mean en nuestras propias caras mientras nosotros en lugar de tirar de la sisterna, saboreamos y tragamos como corderitos su orín apestoso esperando que nos solucionen el problema con parches que ni siquiera el estado puede ya sufragar.
Incrédulos los que creen que esta crisis, pasará, que todo volverá a ser como antes. Nada volverá a ser igual. El punto en el que nos encontramos debe ser de no retorno. Si la gente prefiere salir a la calle disfrazada y olvidar que en pocos años, ese mismo carnaval que adoran desaparecerá tal y como ahora lo disfrutan, es cuando ya será tarde. Cuando nos arrastremos por las calles como zombies pidiendo comida, con nuestros derechos desvencijados, putrefactos bajo la señas de la "Mamá Democracia" . Una democracia inventada que nos vendieron nuestros educadores, nuestros maestros, nuestros políticos. Una mentira que nos ha mantenido más de 30 años callados, adormilados y engañados. Los países árabes nos han enseñado el camino.
Pero sentiremos hambre y mayor represión. Será entonces cuándo quizás dejemos el disfraz y nos pondremos el mono para luchar en la calle por nuestra dignidad como personas. Quizás ya sea demasiado tarde o no.
Sinceramente creo que no hay nada que perder y mucho que ganar. Cuando realmente tomemos conciencia de eso, dejaremos de ser lo que hemos sido siempre desde hace más de 30 años: Hijos bastardos de "Mamá democracia".

martes, 24 de enero de 2012

INFILTRADO EN AAIÚN: PARTE II (Comienza el viaje)

COMIENZA EL VIAJE
Desde el aeropuerto de Gran Canaria tomamos el avión hacia la ciudad de Dajla, Antigüa ciudad de Villa Cisneros cuando era provincia española. Volamos en un aparato muy pequeño con apenas pasaje para veinte personas. Una fila de asientos a ambos lados de la cabina y un estrecho pasillo en el que hay que agacharse para caminar, conformarán nuestro hábitat natural durante la próxima hora y diez minutos que durará el viaje. Desde mi asiento observo como los pilotos maniobran los instrumentos de navegación. De nosotros, sólo les separa una tabla de madera que sirve como separador con la cabina de pasajeros. Delante de mí, una mujer marroquí vestida tradicionalmente, agarra fuertemente en su mano una especie de collar de cuentas. Reza una y otra vez versos del Corán por su familia y por todos los pasajeros del avión me dice. Luego muy amablemente me ofrece un chicle de menta fuerte. Tras una hora de vuelo desde el continente africano, una gran mancha amarilla se extiende delante de nosotros, son las arenas del desierto del Sáhara. La lenguada península se extiende bajo nosotros y vemos las pequeñas luces naranjas de la ciudad de Dajla. Desde arriba se asemejan a luciérnagas estáticas que alumbran hacia el cielo mientras el sol se oculta. Pequeñas casas muy pobres, conforman el puzzle de una ciudad que vive prácticamente de la pesca y del poco turismo foráneo que la visita de paso.

 Finalmente tomamos tierra. La bandera marroquí ondea en la pista de aterrizaje. Todos nos preguntamos qué pasará ahora ¿Pasaremos el control de pasaportes? ¿Nos requisarán el material que llevamos? ¿Nos devolverán a Canarias? Es el momento de saberlo, así que con tranquilidad nos dirigimos con el resto del pasaje al primer control de llegada al aeropuerto. El lugar es pauperrimo. Una pequeña cristalera nos separa de la cabina de los agentes. Una papel arrugado pegado al cristal del control, indica el paso para los ciudadanos marroquíes. Algunos militares se han quedado fuera fumando un cigarrillo y nos miran de vez en cuando con mala cara. Junto a un matrimonio alemán y un asiático, somos los únicos extranjeros, así que me aterra pensar que podamos despertar ciertas sospechas. Aguantamos la respiración y avanzamos en la cola. Una lámpara fluorescente en el techo no deja de encenderse y apagarse intermitentemente. Es como si sobre nosotros estuvieran cayendo un fuerte bombardeo. La situación es incómoda. Hay varios gendarmes controlando los equipajes. Nos hacen rellenar un papel con nuestros datos y profesiones. En ese momento, susurrando, acordamos decir que Manuel será profesor de lengua y nosotros sus alumnos estudiantes. Cada uno pasa el primer control de pasaporte individualmnte y poco a poco después el de revisión de equipaje con más facilidades de las que esperábamos. La tensión se rebaja. Yo soy el último en pasar. Fuera del aeropuerto nos espera un amigo de Manuel.....me estrecha la mano y nos da la bienvenida, parece de fiar. Nos presta su coche a cambio de dinero. Nos lleva hasta su casa muy cerca de la última iglesia que sobrevive de la herencia española del colonialismo. Allí nos abandona para que podamos ir a buscar un hotel.


La ciudad parece tranquilia. Poca policia y mucha calma. Incluso parece animada con gente comiendo y paseando por sus largas y anchas avenidas. Unos jóvenes nos saludan "salam maleikon" les respondemos "maleikon salam". Encontramos un hotel y decidimos quedarmos a dormir allí esa noche. Aprovechamos para comprobar todos los equipos y prepararnos para atravesar el desierto al día siguiente. En la habitación, Ángel y Nuria efectuan la pruebas de envío a Madrid con un ordenador portatil conectado una antena de satélite para comprobar su funcionamiento. Después de un rato, el envío sale bien. Todo correcto, ya estamos listos para dormir y emprender nuestro viaje por el desierto.


LA TRAVESÍA DEL DESIERTO  Y LOS PRIMEROS CONTROLES

A primera hora de la mañana cambiamos unos cuantos cientos de euros en Dirhans, la moneda oficial en Marruecos. Repostamos, llenamos el tanque de gasolina y emprendemos la marcha.

Primer problema a la salida de Dajla: el primer control de policía. Un gendarme armado con fúsil de corto alcance nos para y nos pide los pasaportes. Desde la cabina de seguridad nos miran otros militares. Antes de consultar los documentos nos pregunta a qué nos dedicamos. Optamos por decir lo mismo que declaramos en el aeropuerto. Después de un instante mirándonos como si quisiera leernos la mente, nos devuelve los documentos y seguimos adelante. En las afueras de Dajla aún permanecen algunos viejos cuarteles del ejército español con forma de castillo que ahora utilizan las fuerzas marroquíes. Pasamos por delante de ellos sin despertar ninguna sospecha. Mientras, escuchamos por la radio las últimas noticias que llegan desde el Aaiún que siguen hablando de una ciudad sitiada.



Rodamos por la carretera N-1 a través del desierto del Sáhara que conduce directamente a El Aaiún. A la izquierda la costa, a la derecha el inmeso desierto y el continente africano. La cuneta de la carretera es un cementerio continúo de neumáticos reventados por el calor o los pinchazos. Las ruedas se suceden a un lado y otro lado de la carretera durante todo el recorrido, abandonadas a su suerte, como si su rastro indicara el camino hacia el sur de África a las caravanas de camiones. Nada por delante, solo asfalto y arena caliente.

Durante dos horas apenas nos cruzamos con una decena de coches, camiones de mercancías o algún motorista aventurero cargado hasta la cejas con comida, casetas de campaña y lo necesario para sobrevivir en este ambiente, rumbo al sur. En un lugar con pocas fuentes de información, aprovechamos para conocer de primera mano cómo ha amanecido en la ciudad de Aaiún para contarlo en las noticias de las 15.00 horas. Manuel consigue hablar con dos contactos que viven allí por vía telefónica. Uno de ellos nos puede aportar poco. Teme por su vida, nos cuenta, está escondido en casa, han quemado su coche y nos pide que no le llamemos más. Piensa que su teléfono está pinchado. Lo más curioso es que pese a ser saharaui, trabaja como funcionario para el gobierno marroquí. El otro contacto nos habla de la alta vigilancia militar a la cual está sometida la ciudad. De momento nada que nos confirme el número de víctimas en las revueltas que es lo que buscamos. Paramos en mitad del desierto para grabar una entradilla para el informativo contando lo que sabemos y seguimos adelante. Varios kilómetros más adelante volvemos a parar para recibir instrucciones desde Madrid. De pronto dos personas paran su furgoneta delante de nosotros . Son dos funcionarios encargados de limpiar de arena las señales de tráfico del desierto. Intentamos disimular que nos hemos detenido para hacer nuestras necesidades. Uno de ellos se dirige a nostros y nos invita a comer algo pero le damos las gracias amablemente y emprendemos el viaje rápidamente para no despertar sospechas. Unos 50 kilómetros más adelante, nos encontramos con un apartadero donde permanecen estacionados varios camiones con soldados. Pasamos rápidamente por delante de ellos. Necesitamos grabar otra entradilla para el informativo y el tiempo se nos echa encima.

Apenas dos kilómetros más adelante tenemos que parar. Andamos escasos de tiempo. Vemos una pequeña colina dentro del desierto que nos puede servir para ocultarnos. Nos salimos de la carretera y nos adentramos por el sinuoso terreno del desierto sorteando sus vaivenes hasta que podemos ocultarnos tras la colina a unos doscientos metros de la carretera. Allí oculto, grabo una nueva entradilla para el informativo. Rápidamente Manuel y yo, dejamos a Ángel y Nuria para que envíen el material y volvemos a la cuneta con el coche por donde hemos venido para no despertar sospechas. Algunos vehículos militares podrían vernos desde allí y es peligroso. Ángel y Nuria escondidos tras la colina, desplegan la antena satélite para realizar el envío. Este tipo de antena posee una brújula incorporada ya que es necesaria orientarla para poder obtener la señal necesaria para el envío. Necesitamos al menos una media hora para preparar y completarlo. Al final lo conseguimos. Los informativos nacionales abren con nuestro información.


Cuando eso ocurre nosotros llegamos a un pequeño bar de carretera, el primero que vemos en unos 200 kilómetros. En la entrada algunos viajeros comen los últimos restos de "tallín de pollo". Manuel se encarga de decirle al encargado que somos profesores y alumnos. Pedimos un tallín de pollo. Una comida típica de la zona compuesta por carne de gallina y verduras. Mientras saboreamos el guiso, eso sí, con la incómoda visita de las moscas del desierto que revolotean por todo el lugar, un empleado entra en el bar con varias gallinas que sujeta por el pescuezo. Los animales cacarean sin cesar. Los lleva a una habitación contigua. De pronto oigo el sonido hueco y sordo de un cuchillo golpear en la madera varias veces. Las gallinas dejan de cacarear y a mí se me quitan las ganas de comer.

Continuamos nuestro recorrido. Nos queda apenas 100 kilómetros para llegar a la ciudad de Boujadour. Durante la travesía observamos los pequeños asentamientos de colonos marroquíes que poco a poco van comiendose el territorio. Algunos con casetas de campaña, otros con pequeñas construcciones, con su mezquita incluída. Todos ellos enarbolados con la bandera roja y la estrella verde de Marruecos.

LLEGADA A BOUJADOUR

Sobre media tarde llegamos a la entrada. Nos encontramos otro control. Este más severo. Manuel, sin percartarse no hace el stop·obligatorio  y un gendarme nos detiene. No tiene cara de buenos amigos. Delante de nosotros se extiende una cadena con pinchos de acero para detener cualquier intento evasivo. Ángel aprovecha para encender la mini cámara. El gendarme nos pide los pasaportes, nos vuelve a preguntar a qué nos dedicamos, volvemos a repetir que somos estudiantes. El gendarme no se fía, se lleva nuestros pasaportes, aprovechamos y pasamos la cámara a Nuria que desde el sillón trasero del coche logra con cierta dificultad y a escondidas grabar algunos planos. El agente vuelve al coche, nos dice que necesitan hacer una fotocopia de nuestros documentos. Pensamos que puede que nos hayan reconocido porque tardan más de 15 minutos en volver con los pasaportes. Son momentos de tensión. Desde el coche se puede ver como detienen a otro camión y de la oficina sale algún militar armado con subfusil de corto alcance. Al final nos dejan pasar y tenemos  el  material grabado del control. Nos congratulamos por ello.

Entramos en la ciudad. En la avenida principal circulan bastantes coches de policia. Hay mucho movimiento en los comercios y mercadillos de la zona en unas calles muy transitadas. Esto me hace sentir cierta inseguridad. Llegamos a un descampado y nos arriesgamos a grabar allí una entradilla para el informativo de la noche. Lo hacemos con cierto disimulo, como si fueramos turistas que grabamos un video del lugar, hay que ser precabidos, hay muchos ojos que nos pueden observar.

 Luego localizamos un pequeño hotel. Varios niños que juegan sucios en la calle se acercan a nosotros para pedirnos dinero. Nuria lleva en su bolso una gran reserva de golosinas y de chupa chups. Algo que siempre ha utilizado en otros lugares como Irak. Los reparte entre los niños que desaparecen con una sonrisa de lado a lado. Debemos montar rápido la noticia para la noche. La habitación de Ángel se convierte en el centro de operaciones. La cama se llena de cables y yo redacto la noticia en mi libreta Moleskine ( Por un instante me siento como Ernest Hemingway, nada más alejado de la realidad).

Después de locutar el video, rompo en trocitos lo que he escrito y lo tiro a la papelera para no dejar ninguna pista del trabajo. Mientras, Ángel edita a duras penas el video para el informativo. Nuria busca en la azotea un buen lugar para captar señal con la antena. Manuel y yo nos percatamos de que nadie intente subir por si acaso. Depués de un rato Ángel termina el video y sube junto a Nuria para hacer el segundo envío del día. Comienza a oirse el sonido amplificado del rezo de las mezquitas en toda la ciudad. Bajo su eco, nuestros dos compañeros realizan el envío escondidos en la azotea. La noche ha caído sobre Boujador pero finalmente podemos hacer llegar nuestra crónica e irnos a dormir. Mañana será un día duro. Nos quedan cerca de 200 kilómetros e  intentaremos entrar en Aaiún. Pero  aún no somos conscientes de lo que vamos a pasar en el control de salida de la ciudad a la mañana siguiente.

jueves, 19 de enero de 2012

INFILTRADO EN EL SÁHARA OCCIDENTAL

Desde hace más de un mes he dejado de ser periodista "pagado en nómina" sin embargo pese a todo, sigo siéndolo. No me queda remedio, creo que es lo único que sé hacer.

Hoy desde la serenidad y la calma, empiezo con este post, mi relato de lo que fue mi última y pequeña aventura como reportero televisivo en tierras marroquíes. Aunque quizás debería decir "saharauis".
En noviembre de 2010, el ejército de Marruecos desmanteló a la fuerza el campamento de la dignidad. Pese a que lo negaron, la evidencia fue más que clara. Para que nada se supiera sobre los asesinatos que cometieron los soldados, el gobierno alauita se dedicó a expulsar a todos los periodistas que se encontraban en el Sáhara Occidental. Especialmente en su capital Aaiún. Durante 4 días pude informar a duras penas de lo que allí sucedía. Escondido y haciéndome pasar por turista junto a otros tres compañeros.

 Esperando que pueda interesarle a alguien, este es mi pequeño relato de esos días.

EL "PLAN B"

DESTINO DAJLA, OBJETIVO EL AAIÚN


Los estudiantes de la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna gritaban por sus derechos. Las calles centrales de la ciudad universitaria retumbaban al son de sus vítores contra el rectorado. Los curiosos, sobre las aceras, fijaban sus miradas al paso de los cerca de 500 alumnos que armados solo con sus pancartas y sus reivindicaciones, exigían mejoras para un centro facultativo que se caía a trozos. Los balcones de los edificios de la zona estudiantil empezaban a desperezarse. Las diez y media de la mañana se nos había echado encima y muchos estudiantes despertaban aún con el pijama marcado por las sábanas. Desde la alta tribuna que les proporcionaban las terrazas de sus edificios de habitaciones compartidas y terrazas de salvación para exámenes de grado, observaban como sus colegas, abajo, paralizaban las calles con sentadas a la espera de una respuesta, en su purgatorio personal. Nada nos hacía presagiar al Operador de Cámara Ángel Hernández y a mí, que cubriamos la manifestación para el informativo regional de Canarias, la decisión en frío que tendríamos que tomar segundos después.

Tras entrevistar a varios representantes de los alumnos vibró el móvil en mi bolsillo del pantalón. Era nuestro realizador. Fue directo, claro y conciso con la pregunta ¿Iván: se van para El Aaiún? Entre el alboroto de gritos y pancartas de los estudiantes y sin tiempo para pensarlo, lo consulté con Ángel. La respuesta de ambos fue igual de clara, inconsciente, inmediata y precisa: Sí.

Chocamos nuestras manos en señal de complicidad ante lo que acababamos de aceptar y nos dispusimos a regresar a la delegación para preparar la aventura que nos esperaba. En ese momento ignorábamos cuánto duraría, visto el ferreo control de entrada impuesto por Marruecos en el Sáhara Occidental.

"EL PLAN"

Como si de una estrategia militar se tratase, el plan consistía en una "ataque" frontal con un equipo y otro por retaguardia a la ciudad de Aaiún, sitiada por la policia y el ejército marroquí que gracias a su cerrojo informativo, había expulsado ya a muchos compañeros periodistas españoles y extranjeros que habían intentado informar desde allí con más o menos fortuna.

El gobierno del reino Alauita negaba la entrada a cualquier "testigo incómodo" que llegara dispuesto a contar las atrocidades que se habían cometido en la zona tras el desmantelamiento del campamento de Gze Midik y los incidentes violentos que posteriormente se sucedieron y a los que muchos ha denominado ya "La batalla de El Aaiún". Había mucho que ocultar y nosotros viajábamos con el interés de conocer qué ocurría y cuál era la cifra de víctimas en ambos bandos tras los disturbios. Un primer equipo formado por el redactor y editor Luis Socorro y el operador de cámara Luis Pablo Morales saldría del aeropuerto de Gando en Gran Canaria junto a otros 9 compañeros de distintos medios españoles. Su vuelo formaba parte de una línea regular que unía directamente Gran Canaria con el aeropuerto de El Aaiún. Todos sabían que la entrada estaba practicamente descartada, pero pese a ello lo querían intentar. La segunda opción era la nuestra. El operador de cámara Ángel Hernández, la productora de Madrid Nuria Álvarez, el guía Manuel Pío y yo vijaríamos a Dajla, una pequeña ciudad de pescadores situada en una estrecha lengua de tierra similiar a la de California en aspecto y que se levantaba en una península al sur del Sáhara, a unos 600 kilómetros de Aaiún. Intentado despistar a las autoridades marroquíes, nuestro objetivo era avanzar desde allí hacía la capital del Sáhara Occidental a través de la carretera del desierto.



LA CALMA TENSA


Cuando sabes que viajas para informar a una zona de conflicto te corroen las dudas, la incertidumbre, la ansiedad por desconocer qué es lo que te vas a encontrar y cómo lo vas a afrontar. La cabeza te da vueltas, imaginas constantemente las situaciones de peligro y tensión que posiblemente vayas a sufrir. Especulas y construyes en tu imaginación cómo reaccionarás ante ellas y te preguntas si existirán posibilidades de informar con seguridad o con ciertas garantías sabiendo que el ejército de ocupación de la zona a la que viajas está contra tí. Esa noche no duermes bien. Recuerdas las noticias de los días pasados. Se te tatuan las imágenes de las muertes, torturas y asesinatos. Sin embargo, las ganas de viajar, ser testigo y  conseguirlo te absorven la cabeza y las sábanas te sudan los nervios. El sueño se te antoja largo, el despertar corto y la marcha angustiosa. Respiras al salir a la calle y cerrar con llave la puerta de tu casa. Suspiras por el camino y te despides de los familiares, de los amigos y compañeros de trabajo con una sonrisa de preocupación y un abrazo de estima que enfrascas para el  ánimo.


Es el ritual. Si no sintiera todo esto, si que me preocuparía o me desesperaría. Pero para mí estas sensaciones forman parte de la rutina previa de cada viaje que emprendo. Es el momento de sacar lustre a mi amuleto mental y sentimental. Sigo sintiendo todo eso, así pienso que  tendré el suficiente ánimo para confiar en que todo irá bien en el camino.

RUMBO A DAJLA


Antes de salir hacía el aeropuerto recibimos las instrucciones del editor de los informativos de fin de semana de Madrid y conocemos quien será nuestro guía de viaje: Manuel Pío, un periodista retirado que ha vivido durante un año en El Aaiún. Él conoce perfectamente la zona y los contactos tanto saharauis como marroquíes, que nos pueden ayudar en nuestra estancia allí. Es un hombre alto, con pelo canoso y abundante, con una voz potente y un inmejorable don de gentes que me transmite cierta seguridad.

Pese a ello y para sentirme mejor, le pido como favor a nuestra directora que me prometa que si regresamos  todo sale bien, me regalará un volumen grueso de la antología de fotografías de Robert Capa que he visto descansando sobre el sillón de su despacho. Ella, encantada, accede. Satisfecho, me despido y me marcho mucho más tranquilo.

En el aeropuerto de Gran Canaria coincidimos con los compañeros que parten en unos minutos para el aeropuerto de Aaiún con el resto de medios españoles. Nos despedimos de ellos y les deseamos suerte. Junto a mí, el equipo lo forma el propio Manuel Pío, Ángel y Nuria Álvarez, nuestra productora de Madrid que pese a su juventud ya ha experimentado lo que es trabajar en zonas de conflicto como Irak, Chad, o México. Allí nos reunimos los cuatro. Ya estamos juntos y preparados para emprender el viaje. Nuestro avión sale a las 16.30 y esperamos su salida almorzando en un restarurante del aeropuerto y viendo por televisión las noticias que llegan desde el Sáhara.

Después de poco más de dos horas, como era de esperar, El plan "A" falla. A eso de las 15.30 de la tarde nuestros compañeros regresan de El Aaiún en el mismo avión que volaron. Las autoridades marroquíes no les han dejado bajar y regresan junto a Angels Barceló y su equipo de la Cadena SER que han permanecido escondidos en la ciudad durantes diez horas antes de ser descubiertos, retenidos y expulsados del país. Nos cruzamos con ellos en la terminal de salida ante un gran número de medios que han venido a cubrir la noticia. Después del ajetreo ahora sí que nos despedimos por última vez de nuestros compañeros. A partir de ahora se activa el "El Plan B" y lo llevaremos a cabo solo... nosotros cuatro.




martes, 3 de enero de 2012

DESPIDO IMPROCEDENTE

Las armas de papel guardaban sus dardos mortales en la sombra
Mentiras podrídas sostenían los pilares debilitados y devorados por  la ineptitud
Crisis, empresas, cafés, vidas arriesgadas...cafés atados a  donuts  y más trabajo
Yo junto a tí, mientras tanto...

Miradas vagas...noches vacías...el futuro más cercano
la tecla convertida en mi amiga del alma. Un donuts de tarde y apenas dos manos
Silencios que pedían un grito, incomunicación comunicativa...decadencia pestilente
Yo junto a tí... mirándote y  todo pasaba mientras tanto...

Preguntas sin retórica....respuestas emitidas...descaros sordos, sonrisas bucólicas
entrevistas mediáticas en un medio mediatizado....mímesis ..crónicas de una muerte anunciada....
zombies del asfalto
plumilla desvencijada...
siempre... mientras tanto....
Tanto trabajo para qué

Aquel día el pasillo se extendió junto al corredor de la muerte
Sombras  en su propia carne alimentaban el cañón de..."las cosas son así"
burdos cobardes encadenados, esclavos reciclados
Máscaras de gas sin sangre derramada pero con tinta de despedida
Ejecutores sin pena, pobres indecentes...

break....coffe and montadito después de la masacre

Está usted despedido
¿Motivo? Apelo a mi claúsula de conciencia.
Gracias y suerte.


viernes, 11 de noviembre de 2011

LA MEDIANOCHE DEL HOMBRE (PARTE II)

MARC

Las pupilas de Marc se abrieron en una exhalación de luz. Había logrado dormir durante dos horas; Su mejor marca en los últimos tres años. Sus ojeras y sus pómulos decaídos reflejaban el suplicio de noches en vela aferrado a cafés, cigarros, páginas de suplementos dominicales obsoletos, canales porno y teletiendas repetitivas donde te ofrecían ser participe privilegiado de un reino de gadgets inservibles a precio de ganga que no terminaban de saciar sus ancias de sueño. Estaba acostumbrado a dormir cada noche en una cama nueva. Desde hacía varios años su vida era errante, sin destino. Se Había lanzado a la carretera para encontrarse a sí mismo después de abandonar todo lo que le ataba a una naturaleza vital que había muerto el mismo día en que dejó su trabajo como vendendor de seguros de vida en una multinacional. Su mejor amigo lo había traicionado poco después, estafándole con un asunto de drogas. Inocente, había ido a dar con sus huesos a la cárcel. 4 años después estaba en la calle sin apenas dinero y con una vida que comenzaba de nuevo.

Había llegado a la ciudad para realizar un alto en su camino inciático. Depués de 15 años alejado del lugar donde surgieron sus raíces, regresaba sin esperanzas a la que un día dejó de ser la tierra prometida. Todo había cambiado, todo era diferente. La luces de neón de la avenida principal, los relaciones públicas de los bares de ambiente, el aire. Todo menos la gente, esa sí que no había cambiado. Era como si los espíritus de sus conocidos hubieran envejecido 100 años esa última noche. En aquel habitáculo , las cenizas de su madre reposaban en la urna que decoraba la solitaria repisa del motel sucio y polvoriento de carretera donde sus huesos se habían dejado caer esa noche. Antes era capaz de dejarse dormir en cualquier sitio, incluso de pie. Pero precisamente dormir era de lo que se había olvidado en los últimos tres años. Sufría un insomnio profundo desde su estancia en la cárcel. Ahora había vuelto para soltar en libertad las cenizas de su único lazo sentimental en el mundo.  Esperaría para hacerlo esa misma medianoche, justo la hora en la que se cumplía el cumpleaños de su difunta madre.

CONTINUARÁ...

jueves, 10 de noviembre de 2011

LA MEDIANOCHE DEL HOMBRE (PARTE I)

BEA
La luz brillaba tenue, pero lo suficientemente clara para destapar el inicio de una nueva mañana, una vez más, junto a un  desconocido de turno que dormía a su lado. Bea descansaba boca abajo. Desnuda. Sus  nalgas firmes  sobresalían de entre las sábanas blancas y su espalda, fina y lisa, tostada por el sol, desprendía un fuerte calor corporal, típico ya en sus despertares post-servicio. El desconocido dormía desnudo, boca arriba, con la boca abierta, pelo ralo, pecho peludo, ni muy joven ni muy maduro. Eso no era importante para alguien como ella. La madurez sexual del especimen con el que había compartido cama, se había evidenciado durante toda la noche pero a Bea eso no le importaba. Hacía tiempo que el mundo se había convertido para ella en una franquicia. Una franquicia con el único nombre, sin una única  marca más que la de su misión redentora. 
Se levantó de la cama con cuidado. Se acercó a la esquina del armario. Oteó con los dedos la moqueta de la habitación en los bajos de madera y sacó la mini-cámara. Se aseguró de que la grabación había ido bien y esbozó una graciosa sonrisa de satisfacción. 
La ducha fue más agradable de lo habitual esa mañana. Su pelo corto y negro azabache apenas le cubría la mitad del cuello donde  con letras elegantes lucía un tatutaje con la palabra "Poesía" El agua actuaba como un tónico raparador de su conciencia.Fría, se deslizaba por las pecas de sus hombros, sus pequeños pezones y el poco vello púbico que coronaba su sexo hasta desaparecer por la punta de los dedos de los pies. Una sensación tan agradable que  la tentó a masturbarse pero tenía prisa asi, qué salió de la ducha y recogió sus cosas. Se vistió y se acercó a la cama. Durante un instante se detuvo y miró al individuo. Parecía muerto. Se aproximó a su boca pero dormía plácidamente exhalando el aire de la mañana por su boca , inspirándolo por una nariz que dejaba entrever esos primeros pelillos moqueados y salientes nasales que asimiló como si fueran las gárgolas que había visto en Notre Dame en Paris y  que presagiaban  que algo cambiaba dentro de él. Sintió pena durante un instante, pero ese no era su problema pensó.
Entonces esgrimió su ritual: Se sentó en el escritorio y comenzó a escribir en  papel higiénico el poema con el que siempre cerraba su trabajo. Su firma personal, su franquicia lírica.

Los ojos inyectados de plasma duermen putos esta noche
Las carrocerías se deslumbran entre pollas  indecentes
Las madres del futuro ya no os salvarán de una vida hipotecada 
Sucia, pero única, astuta pero orgullosa, mal herida pero ardiente
Despeja tus dudas, atiende a tus adentros. Aunque te sientas muerto, piénsalo
quizás te hayas liberado.
Dejo el papel a los pies de la cama. Cerró la puerta de la 183 con sumo cuidado, pendiente de que el individuo no se despertará. Avanzó por el pasillo del hotel rumbo a la cita convenida esa mañana. Las pruebas estaban en su poder. Con eso le bastaba. Luego pensó que  quizás podría celebrarlo esa noche en el On the Road con una buena copa a la salud de aquel puto desgraciado.
CONTINUARÁ

jueves, 28 de julio de 2011

PASO DEL SILENCIO


No soy religioso, ni si quiera soy creyente. Más bien intento creer en mí mismo para tirar para delante día a día aunque a veces flaquee. Hace tiempo que pasó la semana santa pero he rescatado unas imágenes que tomé en la tradicional procesión del silencio de La Laguna en Tenerife. Esa noche las luces de las calles centrales del casco antiguo de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad se apagan para dar paso a la lumbre de las velas de cientos de capuchinos y cofradías que caminan con pies descalzos y encadenados por los tobillos en tributo a la imagen del Cristo muerto. Nunca entiendo estos actos de fe. Es más, lo considero un acto de sometimiento puro y duro. Luego critican hipócritamente prácticas como el sadomasoquismo sexual.  Pero en fin esa es sola mi opinión. No me voy a meter con la fe de ninguna personas porque es precisamente eso: Fe. Algo en lo que creer sin que tenga explicación científica. Tengo que admitir que me estremecí ante el tétrico y solemne paso. Con el sonido de las cadenas rechinando por las piedras de la calzada de la calle que lleva a la iglesia de la Concepción en dirección a la Plaza del Adelantado. Allí estaba yo junto a ese silencio chirriante y esa soledad estremecedora. Como si de una casualidad del destino se tratase, el paso paró justo delante de mí. Allí vi aquella figura desgarrada de Crist, como si quisiera decirme algo. Tengo que admitir que por un instante me pareció que respiraba. Luego, después de unos segundos se marchó en volandas dejándome solo en la penumbra y bajo las sombras de los candiles.

miércoles, 27 de julio de 2011

HAMBRE


Se me congela la sangre cuando veo las imágenes que llegan desde el cuerno de África, más concretamente en Somalia sumida desde años en una guerra y acrecentada ahora por la sequía que está dejando a 11 millones de personas, sí la friolera de 11 millones de personas desnutridas y sin nada que llevarse a la boca según el último informe de Cruz Roja en la zona y que ya amenaza a un país como Kenya, que comienza a recibir a miles de refugiados.

Imágenes que a muchos nos recuerdan la de los 80 en Etiopía, aquellas a las que el mundo se acostumbró sin que apenas se hiciera nada para paliar el hambre de los millones de niños que murieron desnutridos y comidos por las moscas.

Manos Unidas ha abierto una cuenta corriente para ayudar a estas personas porque si esperamos por los gobiernos ricos o los países desarrollados, esa ayuda nunca llegará. Y nunca llegará porque están demasiado ocupados por salvar el Euro, en el caso de la Unión Europea, el mayor engaño y entelequia que se ha creado en las últimas tres décadas en Europa. El fracaso de estos países es el fracaso de un sistema que relega a 11 millones de personas en una parte del mundo a morir desnutridos sin que ninguna de sus conciencias se resientan un ápice mientras sientan sus culos corruptos en poltronas y sillones del parlamento europeo. Quizás algunos me tachen de demagógico. No creo que lo sea en absoluto, Ojalá tuviera el poder que ostentan esos mequetrefes para paliar esta lacra mundial.

Pero está claro que no solo los partidos políticos o los grandes líderes mundiales incluyendo el flamante “Obama” premio Nobel de la Paz, no sé a cuál Paz se refería el jurado sueco cuando le otrogaron  el galardón que me da,  aún le sigue pesando al dirigente estadounidense.

Escribo desde la indignación, escribo espantado, escribo asqueado de vivir en este mundo de mierda. Escribo desde el corazón, con escritura automática, como hacían los surrealistas que imaginaban un mundo sin reglas. Escribo soñando que la gente despertará, e irá más allá de la semilla que ha implantado un movimiento masivo como el 15-M.

Quizás siga viviendo en la Utopía ilógica, esa utopía que me hace llorar cada vez que un resquicio de revolución grita en las calles pidiendo lo que es propio y el derecho a ser un ser humano digno. Un derecho que se antepone como siempre al interés del dinero, ese al que los dirigentes políticos siguen aferrándose como la gran salvación , ese, como he dicho en otras ocasiones que los lastrará al Apocalipsis de una involución económica

PD: El autor de la famosa foto que ilustra el post fue tomada en Darfur al sur de Sudán en 1993 por el fotógrafo  Kevin Carter que esperó veinte minutos a que el cuervo desplegará sus alas pero eso no sucedió. La niña que aparece en la foto se dirigía a un campo de refugiados.  Luego prosiguió su camino ý él se echó a llorar. Meses después ganó el Pulitzer, uno de los premios periodísticos más importantes del mundo. Dos meses después se suicidó. Su conciencia no pudo soportarlo.

lunes, 25 de julio de 2011

SOUL MAN


La muerte de Amy Winhouse me cogió por sorpresa de vuelta de las Palmas de Gran Canaria precisamente después de haber asistido a un gran concierto de otro artista soul clásico que comenzó a despuntar en el mundo de la música hace apenas 3 años y que por ahora se presenta como un desconocido para la gran mayoría en España: Eli Paperboy Reed junto a la True Loves Band. Amy retomó como nadie había hecho desde hacía años, el sonido del soul clásico, agrandado por una potente y particular voz que encumbró un sonido olvidado por la música comercial desde la década de los 60: el soul. Ahora ha empezado a engrosar la leyenda del grupo de los 27 como Curt Cobain Jeff Buckley u otros tantos. Muere joven para dejar un cadáver bonito.

Esa fue la música con la que crecí, por eso la presencia de Eli Paperboy Reed En Las Palmas de Gran Canaria no podía pasar inadvertida para mí.¿Un joven de 28 años de Massachussets, blanco con voz de negro emulando los gritos desgarrados de Wilson Picket o del propio Otis Reading? Era el mejor plan para a noche del viernes. Y sí así fue. Nada más subir al escenario y oír los primeros acordes de su banda, en carne viva, mi cuerpo comenzó a explotar y a mover las caderas al son de la vibración de los vientos de saxo y trompeta y al son de los riff de su guitarra, cargada de aromas del pasado, de aromas de la mejor música del siglo XX. Rescatada para dar frescura a la música en directo del siglo XXI. Mezclas de soul, funky e incluso country que se auparon en el primer tema de la noche que surgió como un chute de adrenalina de la vieja escuela. El hombre que había permanecido incorrupto, callado junto a mí, improvisó de pronto y para mi sorpresa, esta frase “ ahora sí, esto si que es música”y así, de esa guisa comenzó a saltar y a tocar sus palmas. La magia se contagió sobre un humilde escenario de un concierto gratuito, no me lo podía creer “gratuito” a penas 2000 personas calculando a ojo, y con 6 cervezas encima vibré como un loco rememorando los discos de vinilo de siete pulgadas que con apenas 15 años pinchaba en mi casa: Wilson Pickett, Otis Reading, Arthun Conley, era como si todos hubieran resucitado.

Un sonido resucitado que como dije antes mamé desde muy pequeño, la culpa la tuvo un hombre que me enseñó a través de sus acordes de guitarra lo que significaba aquella música o quienes eran los artistas que poblaban las carátulas de aquellos vinilos que aún conservo como un auténtico tesoro. Aquel hombre tocaba el bajo y la guitarra, cantaba con una voz desgarrada y formaba parte de una banda pionera que cubrió de este sonido la década de los 60 y 70  educando los oídos del Turístico Puerto de la Cruz. Hace algo más de año murió debido a sus excesos vitales. Lo acompañé en los últimos días de su muerte. El día que lo enterraron en el cementerio se me acercó a mí un hombre y me comentó. Era un buen hombre y un buen músico Yo toqué con él.

Lo llamaban Soulman, aquel hombre era mi padre. Pepe

martes, 12 de julio de 2011

BANKIA O CÓMO SER BANKERO

Llevo un par de días indignándome cada vez más cuando veo emitido en televisión el anuncio de BANKIA. Resulta que este banco te ofrece hacerte nada más y nada menos que Banquero, personaje odiado y vapuleado por un amplio sector de la población indignada de este país. Parece ser que a los jefes de Bankía esa cuestión se la pasan por el forro de sus cajas de ahorro y se lanzan a buscar banqueros como locos solicitando la compra de acciones por 1000 euros.

Para ello se basan en un anuncio simple en el que son protagonistas un peluquero o un currante normal. A esas personas les venden la posibilidad de convertirse en jefe y en un banquero, como si eso fuera el logro máximo al que puedes optar en esta corrupta sociedad de mierda. O sea...venden elitismo asqueroso. Si eres banquero, serás rico, si eres rico, serás importante, si eres importante podrás subirte al yugo de la plebe a la que ahora perteneces y agobiarla  colocándole el nudo de la soga al cuello para tu vanagloria banquera mientras te fumas un puro en honor a tu status de banquero.

Asco es lo que me da este tipo de spots y campañas de publicidad. Habría que decirle a los responsables de Bankia que ya está bien, que basta de utilizar al pueblo para aumentar sus riquezas. Eso se acabó, el robo masivo y el engaño ha pasado a mejor historia.

El problema es que Bankia ha nacido de una fusión de varias cajas de ahorros y ahora necesita el dinero suficiente para poder salir adelante. Así que para ello roban el dinero de los ciudadanos y por lo tanto hacen con el dinero público lo que les sale de los cojones, haciéndoles creer a la pobre gente que serán ricos o peor aún...banqueros.. Absolutamente lamentable y denunciable...

A la banca ni agua...

aquí está el enlace de uno de esos spots pero modificado por lo que realmente quieren..
http://www.youtube.com/watch?v=4d0rYKmMDPE

viernes, 8 de julio de 2011

DANS MA STATION ( EN MI ESTACIÓN )

Hace poco viajé a París. En una de mis numerosas incursiones por su subsuelo. Me topé con esta estación y no pude evitar sacar mi cámara y documentar el incesante caminar de personas que van de un lugar a otro con o sin destino claro. Un ir y venir de historias que desembocan en este video que he realizado para ilustrar tan solo 4 minutos de esa vorágine del mundo actual.





jueves, 7 de julio de 2011

EL DERECHO A CAGAR

Exijo mi derecho a cagar libremente. Lo invoco como necesidad humana igualmente equiparable a mis derechos fundamentales como persona. La sociedad occidental está estreñida en su pensamiento y en su concepción de las necesidades. Un ejemplo ramplón pero significativo ,es el derecho a cagar en la calle. Ojo, no confundir con vía pública. Sí hablo de esos momentos en los que te entran los retortijones y has de echar mano, de lo primero que tengas a tiro. Sea un servicio de un bar, cafetería o edificio público o esquina recóndita de la calle. Cagar en la calle no es cívico. Lo sé, lo dicen los manuales del perfecto ciudadano que pese a que castiga que un perro o el propio ciudadano deje su moñiga en un jardín apartado, se niega a castigar el racismo, la desidia política u otras cosas por el estilo igualmente cercanas a la mierda. Es lo que yo llamo Coprohipocresía.

Pero es que hoy me he levantado cagando leches como podrán apreciar y nunca mejor dicho, porque después de degustar un delicioso café en una deliciosa cafetería me dirijo al baño y puedo leer un cartel que reza “SOLO PARA CLIENTES” entiendo que el estado de derecho ampara el derecho de admisión y de utilización de un espacio privado , pero es como negarle el agua al sediento. Es más, en mis viajes por Europa y sobre todo, en las ciudades más grandes tipo Londres o París, cagar o mear, aunque sea en una zona no molesta y en la calle te puede costar una multa y si necesitas hacerlo has de pagar un euro como mínimo para un baño público. En Londres en más chungo aún. Algunos bares y restaurantes se ahorran la molestia por los malos olores y no incluyen servicios en sus negocios. O sea que como pidas una ronda de cervezas o un plato de judías, te veo saliendo del local una y otra vez para buscar un puto sitio donde depositar tu excremento amarillo o marrón según se tercien los jugos estomacales en tu intestino. Y esto no puede ser. Es inadmisiblemente en una Europa democrática. Por eso Exijo, el pleno derecho a cagar libremente en locales y espacios privados callejeros simplemente  por una razón de caridad humana y aunque este artículo sea una verdadera cagada...

PD: Tiro de la cisterna...
como verán no he creído conveniente ilustrar este post con una fotografía por motivos obvios de higiene.
Gracias


martes, 5 de julio de 2011

CHANGE

La foto la tomé hace apenas un mes en plena avenida de Los Campos Elíseos en París. Mientras camina por ellos rumbo a la plaza de la Concordia, a los pies de los jardines del Louvre me encontré con la imagen. Por esta avenida pasan a menudo cientos de miles de personas con bolsas de las tiendas más exclusivas de la ciudad de la luz ignorando este tipo de situaciones. Como si la persona que pide en la calle fuera una estatua. Aproveché para realizar la foto cuando nadie pasaba delante de ella. Los más irónico es que pide frente a un banco donde se puede leer el cartel de Change. Juzguen ustedes mismos.....si necesitamos verdaderamente un cambio o no....

lunes, 20 de junio de 2011

EL BESO DEL 19-J


Había quedado con Carlota en la cafetería junto a la plaza del 15-M. Pedí un café. La miré. Ella me hablaba. Observé sus labios moviéndose arriba y abajo. Ella seguía hablando. Me fijé en sus orejas. Su boca arriba y abajo. Observé sus manos y sus dedos, ella continuaba hablando de la revolución. Miré su pelo ondulado. Su voz se difuminaba en fantasías mientras mis ojos se fijaban en cada rincón de su cara, de sus gestos, sus dientes, sus pestañas, su escote, su tatuaje junto a la oreja, su espalda , su forma de caminar. Escruté cada rincón de su cuerpo enamorándome de cada punto de él. El aroma del café se diluía en un combate continuo con su olor a jazmín.

Era la segunda vez que nos veíamos. Nos habíamos conocido en una Asamblea Popular. Su cuerpo era delgado. Sus pechos pequeños, pero ya había imaginado que le hacía el amor acariciando con suavidad su piel tostada por el sol de las acampadas. Había quedado con ella para acudir juntos a la manifestación. Yo llevaba mi cámara de fotos, ella su indignación como caballo de batalla.

La policía cargó a destajo. Nos revolvimos. Mi entrepierna rozó un segundo con sus nalgas. Me excité. Sobre nosotros volaban los cóctel molotov y nos frotábamos unos contra otros como una orgía revolucionaria. Los “mossos" comenzaron a disparar, la gente que nos rodeaba se disgregó rápidamente lanzándonos en la avalancha  al suelo. La suelas de las botas represoras sonaban como taconeos en el infierno del asfalto. Ella cayó. Yo sobre ella. Nos miramos un instante. Los botes de humo de la policía nos pasaba por encima como vítores en un verano de cambio social. Le dije: ¿Estás bien? Sí, respondió ella. Luego toda la tensión se fundió en un beso indignado y revolucionario. Así era la pasión en aquellos tiempos  en los que tu abuela y yo luchamos para que tú hoy puedas vivir en paz y tengas tu trabajo con dignidad.

Una lágrima cayó por la mejilla arrugada de Mauro. Su nieto aún con la boca abierta había seguido su historia. Nunca pensó que su abuelo hubiese vivido algo así. Tuvimos que hacerlo, era el momento, era lo necesario Carlitos.  Le decía mientras guardaba la foto de nuevo en el cajón de su nostalgia.

PD: La foto que ilustra esta ficción no está cogida el 19-J. Corresponden  a unos disturbios tras un partido de Hockey en Vancouver. Canada  pero me pareció ideal para retratar lo que pasa en las calles con tanta pasión en estos días inciertos.

lunes, 13 de junio de 2011

UNA PALOMA BLANCA

Fueron 20 segundos. Los justos en los que la guagua se detuvo en la parada. Yo iba ensimismado en la lectura de un libro sobre trenes hacia  Tokio de Alberto Olmos, cuando la vi a través del cristal. Una paloma blanca  reposaba bajo el guarda raíl que separaba el autopista de la parada. La gente las llama las ratas del aire, los expertos municipales siempre se quejan de la cantidad de enfermedades que transmiten, a muchos les dan asco, pero aquella, aquella paloma, no. Aquella paloma parecía impoluta. Blanca, como siempre ha pretendido que la miren  la paz. Respiraba un aire que la hacía esbelta, limpia, pura y me miraba con unos  ojos  brillantes y  naranjas. Me fijé en que tenía  el ala rota. Miraba en todas direcciones como si se preguntara cómo había llegado hasta allí y  lo peor de todo cómo si estuviera pidiéndome ayuda con un grito silencioso para que la sacará de aquel atolladero en el que se había metido.  A la izquierda: cruzar el autopista por donde cientos de coches volaban por el asfalto, era una muerte segura. Al otro lado, el petril que la separaba del suelo media unos 50 centímetros de altura y parecía más asequible. Me miró atentamente durante unos segundos, el tiempo se detuvo en ese instante. Su mirada me penetró como si me pidiera un consejo impotente tras el cristal. No le pude contestar, la guagua salió disparada hacia su destino mientras aquella paloma blanca se quedaba en la última, en su última parada y yo soñaba con salvarla y poder algún día viajar en un tren hacia Tokio.

viernes, 10 de junio de 2011

SENSACIONES TRAS I´M STILL HERE



Llevaba tiempo queriendo ver esta película jadeado por la cantidad de críticas positivas y también negativas que había recibido desde su estreno en el festival de Cannes del año pasado. Así que fui a verla al TEA en Santa Cruz de Tenerife que la proyectaba en su sala de audiovisuales y que tan bien gestiona y programa  Emilio Ramal.

I´m Still Here es la película que Joaquin Phoenix y su cuñado, el también actor Casey Affleck, que en este caso hace de director, se sacaron de la manga partiendo de la premisa o primicia  que el joven actor americano hizo pública al anunciar su decisión de dejar el mundo de la actuación para dedicarse de lleno al mundo del hip hop, su gran pasión.

La lluvía de críticas después de su estreno elogiaban la obra como algo fresco , deslumbrante, maravilloso, con una gran actuación de su protagonista absoluto, que los críticos adjetivaban de histórica o portentosa del propio Phoenix.

 No les faltó razón por una vez en la vida a los críticos. Viéndola y sabiendo ya que se trata de una ficción documentada asistimos al desmoronamiento como persona de Phoenix dejado al alcohol, el sexo, la falta de higiene y su obsesión por editar un disco de Hip Hop con letras propias. Su grado de obsesión llega hasta tal punto, que no duda en acosar a uno de los gurús actuales de la música basura hip hop: Puff Daddy al cual le enseña su maqueta con sus críticas letras. Phoenix organiza bolos en los que se pone en evidencia delante del público sin que eso le importe una mierda. Su barba al estilo naúfrago forma parte de su nueva vida . Es coso si estuviéramos hablando de Borat el personaje que el cómico Sasha Baron encarnó tan bien para denunciar a la sociedad americana. Phoenix viene a hacer lo mismo pero desde su conocimiento y perspectiva del mundo del espectáculo y de la farándula que ha mamado en su carrera como actor. Una crítica aguda e irónica en la que no duda que le graben literalmente cagándose encima de él o vomitando la bilis como un desgraciado condenado.


La película está rodada a modo de documental y sin ningún pulido estilo cinematográfico. Abundan muchas imágenes rodadas con cámaras de poca calidad para acrecentar la sensación de realidad porque si bien se trata de un documental, la realidad es que todo lo que vemos, es falso. Falso en el sentido de que el señor Joaquín Phonenix engañó a medio mundo con su decisión algo que muchos medios americanos pusieron en duda y que también se refleja en la cinta.

Con todo esto tengo que admitir que I´m Still Here me sorprendió por la valentía de Phoenix en arriesgar su reputación para retratar su lado más oscuro. De hecho todo el peso lo lleva él y aunque lejos de ser una decisión egocéntrica a veces llega a ser reiterativo en detrimento del propio ritmo de la película.

Sin embargo estamos ante  una película brillante, que no dejará a nadie indiferente. Con sutiles toques  de humor irónico pero también, aunque no lo parezca, cargada de poesía. El film comienza con las imagenes de un video doméstico en las que se aprecia a un joven Joaquin de  niño lanzándose de una cascada en Panamá. La película se cierra con su vuelta a ese lugar.  Como un regreso a sus raíces de la niñez y  con  una secuencia final maravillosa que cierra el círculo de la historia y pueden disfrutar  en este video que os dejo. (SPOILER)

http://www.youtube.com/watch?v=AFn-f2fCjnw

jueves, 2 de junio de 2011

EL LADO OSCURO DE PARÍS

París, ciudad de los enamorados, símbolo de romanticismo, de cinéfilos, ciudad de la luz. Sin embargo mientras la Torre Eiffel, el Sagrado Corazón, el Louvre u  otros destinos de la ciudad se petan de turistas cargados con mini cámaras digitales, yo me introduzco en la oscuridad de las catacumbas, o como se las conoce tradicionalmente en francés, Les carrières de Paris. Después de hacer una hora de cola ya que solo permiten la entrada de doce en doce, me detengo en la puerta de entrada para leer el cartel que te avisa, o mejor dicho: te recomienda, que si tienes problemas respiratorios, es posible que sufras ansiedad o  que lo que verás, podrá dañar tu sensibilidad. Lejos de tomármelo como un aviso, lo tomo como una motivación, así que me adentró en estas misteriosas galerías. Anteriormente había recorrido las minas de sal de Wielickzka en Polonia donde bajé a más de 150 metros de profundidad, las catacumbas Romanas, las mazmorras de Praga o los subterráneos de Cracovia,  o si me apuran, los túneles oradados bajo la superficie de de La Laguna pero esto me sobrecoge más que ninguna otra. Bajo una escalera de caracol de unos 150 escalones (no los conté todos) hasta llegar al fondo.


En la antigüedad fueron minas de piedras calizas pero en el siglo XVII, se reconvirtieron en un gran cementerio subterráneo. Todo se debía al exceso de restos humanos que se amontonaban en los diferentes cementerios de París, por lo que miles y miles de huesos humanos y cráneos fueron trasladados aquí abajo.


Según reza los carteles aquí yacen cerca de 6 millones de parisinos o lo que queda de ellos. Actualmente sólo están abiertos dos kilómetros de los más de trescientos con los que cuenta este cementerio subterráneo. Durante la travesía observo como a los dos lados de la galería se forman dos murallas construidas con fémures, rótulas y cráneos de los fallecidos que bajo la ténebre luz que apenas ilumina el camino, conforman un paraje aterrador pero a la misma vez excitante.


Una serie de pequeñas capillas y altares aparecen en el camino. La humedad y las gotas caen del techo dejando el suelo húmedo y con peligro de resbalones. Apunto estoy de resbalar en una pendiente elevada pero me repongo.

Las historias hablan de que aquí se practicaban misas negras, que personas se colaban por las alcantarillas del metro para llegar a este lugar y celebrar macabros rituales. De hecho en el arco de una de las puertas que dan paso a la gran galería de huesos se puede leer “Párate, estás entrando en el Imperio de la muerte”.

El recorrido está adornado además con cruces de todo tipo y obeliscos que se juntan con pequeñas formaciones lineales de cráneos humanos que sostienen miles de huesos.


Víctor Hugo habló de ellas en su eterna obra Los Miserables. Un cementerio que sin duda ha sido lo mejor en mi última visita a París, no había estado antes en ellas y mientras arriba, cientos de miles de turistas se enamoraban de la ciudad de la luz, yo lo hago de la oscuridad, disfruntando de las profundidades como un enano. Llámenme raro, gótico, macabro o lo que sea, pero la visita es altamente recomendable porque disfrutar del silencio y tener la muerte tan cerca, hacen reflexionar sobre muchas cosas.

miércoles, 1 de junio de 2011

DE AVIONES Y AEROPUERTOS

Pequeño aeropuerto en Francia. Horas de espera para salir en avión. Me acerco a mirar una de las pantallas para averiguar de una jodida vez la puerta por la que me corresponde embarcar ya que vuelo en una compañía Low cost, faltan 20 minutos para el supuesto embarque y aún no hay señales de vida, para ser más finos.


Justo delante de mi una mujer de pelo castaño algo cargada de maletas y de sobrepeso dialoga con un negro. La escena parecería normal a simple vista pero he aquí que pongo la oreja y escucho que la señora habla de política con él “ Yo siempre he sido de derechas” dice con la cabeza bien alta. A lo que el negro responde “no, yo de centro, yo voy recto” son frases literales...Lo mejor viene después. La boca de la mujer escupe con orgullo que su abuelo había combatido junto a Franco y que se sentía orgullosa del Caudillo y que España merecía un cambio y que por eso votaría al PP. El negro intenta sonreír y mostrarse simpático mientras yo doy media vuelta pensándome si contraatacar o tirarme a sus barbas. Me aterra pensar que los votantes del PP se sientan identificados con la dictadura de Franco, algo que por otro lado nunca se han encargado de desmentir sus dirigentes. Pero visto lo visto y las condiciones políticas en las que está sumida hoy en día España, aún siento que las dos Españas siguen existiendo. Esas de las que pensaban que con Franco se vivía mejor aunque sus libertades y derechos estuvieran recortadas y los que reniegan de todo aquello que huela a franquismo. La señora se coloca detrás de mí en la cola justo en el momento que llaman a los pasajeros de mi vuelo. Aún con nauseas, suspiro para que no me toque cerca. No es que sea prejuicioso pero su tono me ha dado una tirria que me gotea por los cuatro costados de mi minúsculo ser de sardina en lata de vuelo Low cost.

Tengo que admitir que la espera me ha desesperado y que cuando me meto en un avión me convierto en un ser impertinente e incluso antipático. No es culpa mía, la culpa la tiene unas turbulencias de las que sobreviví hace años sobre el triangulo de las Bermudas en un viaje a Cuba y que casi acaba con las palpitaciones de mi corazón. Desde entonces cada vez que me siento en mi lugar como un buen pasajero y me ato el cinturón de seguridad, mi cuerpo comienza a erguirse como una estatua, inmóvil desde el despegue hasta el aterrizaje, intentando desconectar de cualquier roce o molestia exterior e interior que acreciente la velocidad neuronal de mi sistema nervioso cerebral. Algo así como el personaje de una de las historias de aquella película "En los límites de la realidad, donde un pasajero no dejaba de ver a un extraño ser en el ala del avión con el que estaba emparanoiado.

La putada es que en este avión no están de buenas y que los currantes de la compañía no tienen un buen día. Antes de pedirle a una azafata de vuelo que me diga la puerta por la que tenía que embarcar y me respondiera básicamente que me buscara la vida sin apenas mirarme a los ojos, ya iba con prisa y conforme pasan los minutos antes del despegue el cúmulo de despropósitos hacen que me tense como un viejo chicle Boomerang. Para empezar detrás de mi asiento me toca una madre con dos hijos que no parar de gritar como ogros de mierda. Me pongo furioso, sus rugidos se oyen en toda la cabina y para colmo la mujer le pregunta a la azafata que sí sabe dónde está su marido y su maleta. La azafata, fiel a los pactos de simpatía lo empeora diciéndole sin cortarse...”señora si usted no sabe dónde está su marido, cómo lo voy a saber yo, además he dejado entrar su maleta en la cabina, podría ser una bomba pero le he hecho el favor” todo esto lo dice en voz alta como si fuera la verdulería de la esquina de su calle sin cortarse un pelo.  Me pongo más nervioso y a los pocos minutos un tipo repleto de anabolizantes y con una camisa que se le va a salir por los esternocleidomastoideos pasa por el pasillo rumbo a no sé donde con una camisa que pone “ soy la bomba” mi grado de paranoia comienza a experimentar un grado sumo de éxtasis con arcadas uniformes cagándome en la madre que parió a ese pedazo de minicerebro con músculos. Intento centrarme, respirar profundamente e invocar a los vagabundos del Dharma pero enseguida me desconcentro cuando por la megafonía anuncian el nombre de unas de las azafatas "CHICHI" no sé si reírme, ahorcarme o irme al baño. Después de una caótica ocupación de la cabina, el avión despega y yo con él, dejándome llevar y lamentándome que como me toque morir lo haré rodeado de una manada de.....