miércoles, 15 de octubre de 2008

DE NORMANDÍA A AUSWITCHZ (EL MEMORIAL)


MEMORIAL DE CAEN


I was born to Know thee, to call thee liberty
France: Caen Memorial
(
nací para saber llamarte libertad)

El segundo día en Caen, me levanté muy temprano para dejar la llave del Hotel. Salí al exterior junto al río. Un gran mercadillo se había apoderado de la calle, donde se vendía sobre todo mucha fruta. Después de tomarme un café y comprar una manzana para el desayuno, me adentré entre la muchedumbre. Los vendedores regateaban con los posible compradores por uno o dos euros. En uno de los puestos de ropa, encontré un chaleco por tan sólo 5 euros ,de los que yo denomino "de guerrilla" , uno de esos, con bolsillos y cierres en todas partes. En ese momento me interesó la ganga sin saber que aquella prenda no se desprendería de mí en todo el viaje y me serviría de enorme utilidad. Luego caminé durante diez minutos hasta la estación de tren y cojí un autobús que me llevó hasta el memorial, inaugurado en 1988.


En tanto que "ciudad mártir" de la II Guerra Mundial. (En Caen murieron más de dos mil personas) era normal que Caen tuviera su "Memorial por la paz". Este museo de visita obligada es el que registra may
or número de visitantes en Francia después del Louvre (500.000 visitantes al año)

El edificio, situado en lo más alto de la ciudad, ocupa el emplazamiento del bunker del general alemán W. Richter, que contuvo el 6 de junio de 1944 el ataque anglo-canadiense. La grieta simulada en medio de su fachada simboliza la brecha abierta por los aliados en el muro del Atlántico. Más que un museo en el sentido habitual del término, el Memorial es un libro de historia q
ue le hará revivir algunos de los episodios cruciales del s. XX desde 1918 hasta nuestros días. (E. Tresmontat)


La avenida principal del memorial tiene el nombre de Explanade del General Eisenhower, en memoria del que fuera el comandante en jefe de las tropas aliadas en Europa tras el desembarco. En su explanada hondean las banderas de los países que participaron en la guerra.

En un lado del jardín de la entrada me econtré con esta escultura contra la violencia del artista sueco Frederik Reuterswärd que representa el cañón anudado de una pistola. Una símbolo para que ninguna bala más salga disparada de un arma de fuego.



En el interior se pueden ver restos de vehículos, aviones, armas y demás utensilios que se utilizaron para la invasión en Europa. Una extensa exposición de documentales visuales que testifican la memoria del siglo XX, desde la primera guerra mundial, pasando por la guerra Fría, hasta nuestros días.


No pude evitar entrar en la tienda del museo. Todo un paraíso para cualquier coleccionista del Día D. Compré una gorra de recuerdo de la división de paracaidistas Airborne y una postal apaisada con una de las fotos más famosas de Robert Kapa del desembarco de Normandía. Sabiendo que al día siguiente yo estaría en esa misma playa, 62 años más tarde.



Fotografía en postal que adquirí en el museo



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