miércoles, 29 de octubre de 2008

LA INCREÍBLE VISITA DE HERDA MARTEL

En marzo de 2003 el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias en el Puerto de la Cruz en Tenerife, comenzó con sus proyecciones de cine. Por aquel entonces, había acudido al estreno de las proyecciones para ver Intacto, la película del tinerfeño Juan Carlos Fresnadillo a la que el propio director acudió. Tras el acto, los directivos de la institución se reunieron con un grupo de jóvenes que asistieron, con la necesidad de captar savia nueva. De aquella reunión surgió el compromiso para que me encargara de las proyecciones.

La primera idea fue resucitar una vieja costumbre perdida como la de los cine forum. Llegamos al acuerdo de que todos los últimos martes de cada mes se programaría una película y se hablaría sobre ella. Así que en Julio de ese mismo año, comenzamos con “Desmontando a Harry de Woody Allen “

Un día decidí realizar un ciclo de cine clásico. Entre los filmes que se proyectarían, estaba la mítica “Metrópolis” de Fritz Lang.

Fotograma de la película "Metrópolis"
Una tarde que me encontraba preparando la ficha técnica y artística para el ciclo, entró a la oficina una señora. Era bajita y caminaba con pasos menudos, su pelo permanentado era totalmente cano. Se acercó a mí y con una dulce sonrisa y una voz inglesa temblorosa, me preguntó cuándo se proyectaba la película. Le dije que aún faltaban tres días. Luego no pude entender muy bien lo que me decía. Se refería de nuevo al film y no paraba de señalarme con el dedo un nombre de la carátula mientras gesticulaba para hacerse entender. En un español con un fuerte acento americano me dijo “ es mi padre” Karl Freund, señalándome uno de los nombres que estaban escritos allí. Debo confesar que en un primer momento pensé que me tomaba el pelo y lo atribuí a su edad. Con amabilidad intenté mostrarle mi interés y me excusé diciéndole que debía terminar mi trabajo.
Al día siguiente Herda volvió a la oficina. Me entregó varios recortes antiguos de periódicos y revistas de cine. Y una foto de su padre. Cuando las vi, no salí del asombro. Tal y como me había dicho el día anterior, certifiqué que estaba ante la hija del director de fotografía de Metrópolis y no sólo eso , había sido un director prolífico: Desde su inicios en la UFA http://es.wikipedia.org/wiki/Universum_Film_AG, en los que trabajó a las órdenes del director de cine alemán Murnau, precursor del cine expresionista alemán.

Herda me habló durante más de una hora de su padre con pasión. Me contó toda su historia, no pude en ningún momento despegarme de sus palabras, estaba ante un testimonio que me quitaba el habla. Me contaba cómo su padre había participado como guionista en películas tan importantes en los inicios de la historia del cine como “Berlín sinfonía de una gran ciudad” . Fue director de fotografía en las míticas películas de Drácula, la versión americana de El Gabinete del Doctor Caligari, Cayo Largo de John Huston o La Dama de las Camelias. Para testificarlo, me enseñó una foto de su padre junto a Greta Garbo en esa película en la que posaba en una de las secuencias junto a su inseparable fotómetro. Yo seguía en las nubes mientras ella no paraba de hablar y hablar y hablar de las experiencias de su padre. Me contó que También había dirigido La Momia con el inigualable Boris Karloff y que incluso había ganado un Oscar en 1937 por la fotografía de la película The Good Earth de Sydney Franklin.

Sin embargo la relación con su padre no había sido excesivamente buena, me comentó que había tenido que emigrar a Estados Unidos, donde sufrió mucho por el trabajo constante que él desempeñaba. No quise incidir en su llaga, pero me llegó a decir que en alguna ocasión había tenido en su poder el Oscar que su padre había ganado en 1937 y que eso le había carreado algún problema. Finalmente acabó cediéndolo a la Academia.

Invité a Herda a participar en un diálogo el día de la película, pero prefirió no hacerlo. Respeté su decisión pero la invité con todos los honores al primer asiento en la noche de la proyección. Cuando sonaron los acordes de la banda sonora no pude evitar que mi piel se erizara y al término de la película la acompañé
comentando algunos aspectos que no le habían gustado de la versión actualizada de la película, sobre todo de la banda sonora. Lógicamente con la remasterización de la imagen y de la banda sonora, no era la misma película que ella había visto muchísimos años atrás. No me dijo su edad, pero estaría cercana a cumplir los 90 años sino los había cumplido ya. Su vitalidad era envidiable.
Arriba, Karl Freund y un fotograma de su película: La Momia

Después de aquella noche, Herda siguió visitándome y dialogando conmigo durante muchas tardes. Vivía sola en un ático. Siempre tuve la sensación de que necesitaba a alguien que la escuchara, y en mí había encontrado un nexo común para seguir contándome las experiencias con su padre y otras historias.

Un día le propuse hacer una entrevista a lo que se negó. Se puso muy nerviosa. Me comentó que un periodista la había entrevistado para un periódico pero que tergiversó lo que le había contado. Desde entonces se negaba a ser entrevistada.
El padre de Herda en acción en un rodaje
Pocos días después vino a mí para despedirse. Me comentó que se marchaba para realizar un crucero con una hija suya por el mar Báltico y que posiblemente no la vería más. Le di dos grandes besos y me despedí hasta siempre de ella con un gran abrazo y con la pena de no haberla entrevistado como testimonio oral de su historia personal ( digna de ser filmada en una película).

Noté que dejaba escapar una gran oportunidad de documentar el testimonio de una gran mujer, pero tuve que aceptar su decisión. Quizás recordar no era cómodo para ella. Me legó varios documentos, recortes de la historia del cine que se relacionaban con su padre y un increíble testimonio oral que siempre quedará en mi memoria. Quién sabe, quizás si llego a viejo, pueda contarlo como ella me lo narró a mí en aquellas largas tardes que compartimos en el Instituto de Estudios Hispánicos.

KARLD FREUND

Aunque no fue el primero en rodar tomas dinámicas, Karl Freund (1890-1969) pasa por ser el padre de la "cámara móvil" . El último (1924) fue la más famosa de un total de nueve películas que el corpulento Freund fotografió para Murnau entre 1919 y 1925. Y no sólo por dicha colaboración este técnico amigo de los experimentos se considera el director de fotografía alemán más destacado de la década de 1920. Igual de célebre por sus tomas de luces y sombras que por los desplazamientos de la cámara y la puesta en escena arquitectónica, participó en numerosas películas clásicas de la era dorada del cine alemán:

Hasta finales de la década de 1940, Freund se contaba entre los maestros de Hollywood más solicitados de su especialidad y desde allí impulsó el desarrollo técnico de este medio, por lo cual en 1955 le fue otorgado el denominado "oscar técnico". Posteriormente se dedicó a la televisión y también en este medio se reveló como precursor; fue el primero en emplear el sistema Multicam, mediante el cual podían utilizarse diversas cámaras de manera simultánea.

FUENTE: El Cine de los 30 e inicios de la cinematografía, Jürgen Müller, Taschen 2007

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