martes, 6 de octubre de 2009

CURTURA CANARIA

El problema de la cultura en Canarias es profundo y su raíz parte desde la misma educación en la escuela. Es cierto que la televisión y otros factores alejan a los jóvenes de la vida cultural pero pese a ello, Canarias permanece anclada en una crisis cultural desde hace mucho tiempo. En esta tierra, la cultura siempre se ha entendido y subvencionado bajo la vitola del reclamo turístico. Existe una terrible adicción de las instituciones y de los creadores de proyectos culturales, a la política de la subvención. Aquella donde el dinero prestado debe generar un beneficio para luego rendir cuentas por él. Es decir: el mercantilismo cultural en su máximo apogeo. Convirtiéndose en una cultura de la apariencia y esclavizada por el dinero público. Para colmo, parece ser, según apuntan los que saben de subvenciones, que el gobierno canario pretende reducir la aportación económica para cultura en los próximos presupuestos de la comunidad autónoma.La plataforma 2% para la Cultura ya ha denunciado que esto afectará a una sector que genera un 2% de la riqueza de Canarias. Así que el panorama no se presenta muy alentador para el futuro.
No apostar por la cultura, es cavar la fosa de la ignorancia. No se trata de crear una cultura elitista, que ya la hay, la que profesan los snobs de chaqueta y abrigos de bisón. Esos a los que interesa más la vida cultural que la propia cultura. Los postmodernos engreídos de heredar la verdad absoluta.
Canarias debe de dejar de mirarse en el espejo y apuntar al exterior, hacia una cultura de mestizaje hacia una itegración común sin perder sus raíces. Incluso hacia la creación de una cultura independiente propia, alejada de los estamentos oficiales, en las que todos participen por igual. Dicen que el ignorante vive feliz pero bajo el estigma de la estupidez, acerquemonos a la cultura y participemos de ella, solo así seremos más ricos no solo de mente sino también de espíritu.

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