LA GALA DE LOS GOYA

La gala de los Goya ni fue aburrida, ni fue lenta ni siquiera espectacular. La sencillez, del espectáculo y de la puesta en escena restó glamour para pena de periodistas y snobs que acuden a estas citas para criticar como marujas de portería, el color o el diseño del vestido que visten las estrellas del celuloide patrio. Nunca he entendido este afán por el glamour cinematográfico. Es triste que las portadas de los periódicos y revistas se fijen y reflejen más el vestido de Mar Saura que las películas candidatas. La actriz, por llamarla de alguna manera, es de lo peor que se puede ver hoy en televisión, Y sino remítanse a Escenas de matrimonio. Si leer un texto y soltarlo por la boca sin apenas ponerle pasión a lo que se interpreta se llama actuar, media España sería hoy en día actor o actriz. Es triste que un arte tan completo se pueda perder en tales vanalidades, pero siempre tendremos que vivir con ello porque es lo que vende.

Lo mejor de la gala fue su presentadora, Carmen Machi que metió la gamba confundiendo a Harvey Keitel con Harvey Milk (Protagonista de la última película de Sean Penn). Sin embargo pese a su habitual imagen en la serie Aida, anoche estuvo elegante, aunque reconozco, que prefiero a Corbacho y los eskeches neofrikies de Muchachada Nui que reflejaron con su humor particular el mundo del cine. Curioso fue el discurso de la presidenta de la Academia que echó mano la crisis pare recordar que el cine español siempre ha estado en crisis y que la piratería lo está matando. No creo que la piratería sea el único culpable del poco dinero que se invierte en nuestro país para cine. Creo que se trata más bien de un problema de educación cultural y educación en valores empresariales que otra cosa.

Los premiados

Estaba claro que Penélope Cruz y Benicio del Toro se llevarían los galardones a mejor actor y actriz respectivamente auque está última fue por actriz de reparto. No creo que asistieran a la gala sino supieran que se los llevarían. La primera de ellas Penélope fue diplomática cuando dijo que desde pequeña era fan de Woody Allen. Dedicó el premio a Rafael Azcona y a Fernando Fernán Gómez y halagó a su compañera, la canaria, con mil clases de vocalización de “s” finales a sus espaldas, Goya Toledo. El otro, Benicio confesó que no había visto ninguna de las películas candidatas. Por lo menos fue sincero tras un discurso que sólo entendió él.

El reparto de Camino recibió el premio a su gran trabajo. Mejor actor de reparto para Jordi Dauder por interpretar a un cura afiliado al Opus Dei. La mejor actriz, la guapísima Carme Elías de las que pocos han hablado centrándose más en Pé. Y la pequeña Nerea Camacho que no pudo contener las lágrimas.
Carme Elías sonríe por su Goya

Y llegó el momento de los humildes.

Me alegré cuando vi subir a Santiago Zannou y al Langui a recibir los premios a mejor director y actor novel por su película El truco del manco. Su mensaje dejó claro que el mestizaje cultural también cosecha arte, desde la música o el cine. Lamentable que la Academia no hubiera previsto una rampa para que el Langui subiera a recoger su premio.

Santiago Zannou y El Langui recogiendo su premio

El premio a Jess Franco, el director más prolífico de la historia del cine español, con 188 películas a sus espaldas dejó un mensaje de apoyo a todos los pequeños cortometrajistas que deambulan por España con su pequeño corto en el bolsillo.

La gran ganadora fue Camino de Javier Fesser, no era muy difícil acertar que se llevaría los premios, más cuando Tve había programado su película El milagro de P, Tinto para después de la Gala pero es que su máxima competidora era Los Girasoles Ciegos de José Luis Cuerda y es aquí donde radica las grandes contradicciones del cine español ¿ Cómo una película con 15 nominaciones sólo se lleva una? Porque se alabó tanto esta película cuando realmente no es mas que una buena historia con un guión mal llevado a la pantalla por su director?

Javier Fesser y Nerea camacho, director y actriz de Camino

Lo cierto es que esto de los premios al igual que los Oscars, siguen siendo una decisión meramente subjetiva.