viernes, 26 de diciembre de 2008

EL INTERCAMBIO (EASTWOOD SIGUE EN LA BRECHA)

Hace años cuando vi Los puentes de Madison, nunca hubiese imaginado que un tipo que pudiera meterse en la piel de Harry el sucio podría filmar una película así. Viendo su posterior filmografía como director hasta llegar a Mystic River y Million dollar baby, pensé que para Eastwood sería imposible superarse. Eastwood ha madurado desde que optó por colocar su ojo detrás de una cámara. Mientras otros directores de hoy en día se pierden en efectos especiales y malabarismos técnicos, Eastwood mantiene una lírica que pocos directores de Hollywood conservan y me atrevería a decir, ninguno. Y que me disculpen Scorcese y compañía. Debo admitir que lo prefiero como director a como actor. Acercarse a una sala a ver una de sus obras es casi siempre una garantía de éxito, salvo raras excepciones como “Banderas de nuestros padres” superada después por “ Cartas desde Iwo Jima” . Así que el pasado fin de semana fui a ver su última película, el intercambio. Sabía que estaba ante una película de largo metraje pero no me importaba. Fui solo aunque con la única compañía de mi bolsa de palomitas (cotufas) a disfrutar del ritual de la pantalla grande en una sala oscura y con un gran director.

La película está ambientada en 1928 trata sobre una madre ( Angelina Jolie) que pierde a su niño Walter de 9 años. Pocos meses después, la policía aparece con un niño que le asegura que es su hijo, pero ella lo niega y la toman por loca. La madre hará todo lo posible por encontrar a su hijo y desentramar las mentiras que la han llevado a un manicomio. Un Thriller que Eastwood lleva hasta sus últimas consecuencias. La calidad interpretativa de Angelina Jolie es digna de nominación a los próximos Oscar, pero no sólo ella, la terna de actores secundarios, Como John Malkovich en el papel de un reverendo salvador o Jeffrey Donovan como uno de los policías malos de la película son maravillosos en una cinta rodada con un estilo sobrio y elegante tan impecable, que apenas se notan artificios con la cámara. Es una de esas películas que los críticos catalogarán de obra menor, simple y llanamente por la ligereza y la simpleza con la que Eastwood ilustra una historia muy dramática. Creo que ahí radica el gran arte del director.

Con una ambientación que te teletransporta a la América de los años 20 y con un drama que avanza increcendo hasta un climax y anticlímax final al que el director ya nos tiene acostumbrados. La historia de esta madre coraje es digna de encabezar la próxima edición de los Oscars. Hay claras semejanzas a Mystic River en esta película pero eso no es una excusa para tacharla de falta de originalidad, básicamente porque también se trata de una historia real. Eastwood confirma que este tipo de historias, que puede llegar a ser violentas, tienen un alto componente de sentimentalismo y él como ningún otro sabe sacarle el máximo partido y no defraudar.

Mención a parte merece, la banda sonora del film. Tan minimalista como su director, que de hecho, también firma la música de la película. Hacia tiempo que no salía del cine tan satisfecho de una película amparada por el poder de Hollywood. Pero estando Clint detrás de ella , era fácil no equivocarse.

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