
Me he dado cuenta que en tiempos aciagos como los que corren, "la crisis" me sienta bien. He consultado mi medidor de humanidad y en estos días alcanza uno de los niveles más altos de los últimos tiempos. Décadas me atrevería a decir.
Sí, así es ,ahora soy perfecto. Mi vecino ya no me puede echar en cara que se ha comprado el último "peluco" de Prada porque el pobre ha tenido que empeñarlo para poder hacer la compra del mes en el "Alcampo" y aunque viva en el quinto piso sin ascensor de un bloque de las afueras de la ciudad y como no soy rencoroso, le ayudo a subir las bolsas hasta el cuarto, claro está, justo hasta donde llega mi puerta. Para que luego no diga que no soy buen vecino. Algo que le sienta mal a mi otro vecino Johny, que ha tenido que vender las piezas de su coche tuneado porque las letras del BMW le ahorcaban el gaznate y su novia lo ha dejado porque ni el coche ni sus músculos estaban a la altura. El Winstrol está por las nubes y claro, mantenerse en forma ya no es solo cosa de machacarse en el gimnasio, pobre.

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