lunes, 29 de diciembre de 2008

¿LA FAMILIA? BIEN, GRACIAS

Debo de ser un ser uno de esos bichos raros para la iglesia católica y eso que no soy homosexual. Mi madre, mi hermano y mi perro son mi familia. Aunque ignoro si las sagradas escrituras aceptan al perro como integrante del nucleo familiar cristiano. Además tengo amigos homosexuales por lo que creo no debo de caerles muy simpáticos a los clérigos y sus seguidores, y menos cuando dos de ellos se casaron el último mes y son padres de un precioso niño al que están educando en valores humanos y de solidaridad. Definitivamente, tengo todas las papeletas para ser una persona "antinatural" para los creyentes:

Es evidente que la iglesia excluye y denigra a toda persona que no piense como ellos. Esa es la filosofía que pregonan por los siglos de los siglos: o eres como nosotros o te consumirás en el fuego eterno. El pasado domingo toda la cohorte de "fans" y "gruppies" papales se dieron cita en la madrileña plaza de Colón para celebrar la llamada Misa de la Familia. Los frikies religiosos acudieron con todo tipo de indumentarias, incluso enarbolando banderas españolas, como si los otros, los raros o antinaturas, no fueramos españoles. Cantaban orgullosos exhibiendo su fe y escuchando atentamente las palabras de su mentor, Rouco Varela, que obsequió a los asistentes con varias perlas filosóficas como estas : "es posible concebir, ordenar y vivir el matrimonio y la familia de forma muy distinta a la que en tantos ambientes de nuestra sociedad está de moda".
"...este modelo de la verdadera familia, cuya actualidad no pasa nunca
" (fuente: El mundo)

Y yo me pregunto ¿Cuál es la verdadera familia? ¿Está la iglesia en poder de poseer la única y absoluta verdad? ¿No es rechazar la libertad del derecho de los homosexuales a crear su propia familia, como seres humanos, una acto de xenofóbia y fascismo rancio?

Habló tambien Varela del aborto al que calificó de" una de las lacras más terribles de nuestro tiempo tan orgulloso de sí mismo y de su progreso". (fuente: El país)

A la iglesia no le gusta reflexionar sobre sus continuas contradicciones ¿A caso, no es la iglesia la que recomienda que no se utilice el preservativo mientras miles de personas mueren de SIDA en el mundo?

Continuó con su alegato el señor Rouco, después de una conexión en riguroso directo desde la ciudad santa (El Vaticano) con el Papa Benedicto XVI diciendo:

"El Papa, extraordinariamente sensible a las necesidades humanas y espirituales de la familia en estos momentos tan críticos por los que atraviesa la Humanidad, ha querido alentarnos a todos los presentes". (fuente: La razón digital)

Grandes momentos trágicos para la humanidad, mientras él sigue a la derecha del padre, con un mini país repleto de oro, riquezas y tesoros incalculables.¿Cómo se puede ser tan hipócrita? La iglesia es el auténtico cáncer del ser humano. Su influencia es dañina para el espíritu y sigue anclada en el pleistoceno de la historia moderna. Aunque creo que andan un poco picados porque las altas eseferas eclesiáticas les impiden jincar con gusto y claro, tienen que buscar alguna excusa para argumentar su celibato sin que su conciencia "humana" les atosigue ¿Qué coño sabrán los curas de la familia si ni siquiera pueden tener hijos para educarlos?

Con la iglesia hemos topado. Una institución retrógrada y enquilosada en otras épocas y metida en asuntos turbios. Quizás se refería Rouco a esa familia, tan valorada por la Cosa Nostra y la Mafia siciliana. Entonces, sí tienen razón. La familia es lo más importante. ¿Quién si no, iba a sostener su imperio? Seguro que al Capo Padrino Benedicto, no le haría mucha gracia que su imperio cayese sin miles de fieles comprando sus discos de la misa del Angelus. Así que cuando le preguten responderá: ¿La familia? bien gracias. La verdad no sé de qué se quejan. Que vivan, pero que dejen vivir en libertad.

1 comentario:

zoilolobo dijo...

Ni siquiera Su Santidad y menos aún el Sr. Rouco Varela es capaz de convencerme hoy de que la familia tradicional, tal y como siempre la ha concebido (más que entendido) la iglesia católica no esté desde hace tiempo en crisis, sin embargo, tampoco la generosidad, que no sólo es patrimonio de esa iglesia y, en absoluto, es necesario pertenecer a ella para llevarla a cabo, debería prevalecer por encima de algunas otras consideraciones religiosas.
Mal que nos pese, -y hablo por mi mismo,- podremos comparar la soledad, el abandono, la desdicha, etc., que habran tenido que soportar nuestros progenitores comparados con las mias para que yo, desde esta atalaya de privilegio alcanzada a base de trabajo en la que ahora me encuentro, me obligue a mi mismo a criticar y repudiar sus ya pasadas actitudes que, si fueron o no malogradamente equivocadas, no soy quién para juzgarlas fuera del cotexto de su tiempo; en todo caso, analizarlas. Ese análisis es lo que ha contribuido hoy a generar en mí la suficiente generosidad que no apliqué en el pasado como para no concerderles el perdón en el presente.